Patria-cielo

Cuenta un filósofo que iba un día de paseo y se encontró con unos marineros que estaban repasando las redes:
¿Qué hacen?
Pescando
¿Y para qué?
para ganar de comer
¿Y para qué ganar de comer?
Para tener fuerza para trabajar
Se sentó el filósofo filosofando: comer, trabajar y trabajar para
volver a comer. ¿Esa es la tarea del hombre impuesto por Dios?

Otro día se encontró con labradores y les hizo las mismas preguntas y
le dieron las mismas respuestas.

Más adelante encontró a una niña cortando flores. Le hizo la misma
pregunta y ella respondió que las flores eran para la virgen, para que
la llevara al cielo. Y pensó el filósofo: cuanto tenía esta niña que
enseñar a aquellos hombres.

Tenemos que comer, tenemos que trabajar, pero somos ciudadanos del
cielo. ¿No es fácil hoy encontrar a un joven cristiano que pregunte
qué debo hacer para ganar el cielo como aquel joven rico que preguntó
a Cristo? ¿Qué sentimos cuando decimos: creo en la vida eterna?

Hay muchos patriotas pero que pocos son amantes de la patria - cielo.