"Todo pasa... Nada te turbe, nada te espante... Todo se pasa" (Sta. Teresa). Jesús dijo: "vean estas grandes construcciones, no quedará aqui piedra sobre piedra que no sea destruida". Obras de arte, ciudades modernas y ricas, obras de ingeniería moderna,¿qué quedará de todos los monumentos que hoy levantamos...? "No quedará piedra sobre piedra". Pero Jesús dice: "ese no es aún el fin". Sería un grave error creer que ese es el fín, lo que no es error es que todo eso pasa y ha de pasar, el cielo y la tierra pasarán pero la Palabra de Dios no pasará. Sólo Dios queda, permanece y basta.
¿Qué sucederá cuando parezca que la historia en el mundo se ha acabado? Entonces verán al Hijo de Dios venir sobre las nubes a abrir el capítulo final de la historia, a hacer la "evaluación" de los individuos y a juntar a sus elegidos e introducirlos en la Gloria del Padre.
No nos angustiemos por los dolores porque este no es el fín, no nos dejemos seducir por los que se presentan como dioses, mesias. Sólo hay un absoluto. Sólo Dios es Dios. Estemos en alerta y demos testimonio de Dios, de Cristo, del Evangelio aún a costa de nuestra sangre... No tengamos miedo. Oremos sin perder la cabeza cuando veamos a la herejía instalada en la cátedra de teología, la secularización predicada desde los altares (la abominación, de la desolación), la inmoralidad, porque se levantarán falsos profetas, falsos mesías, y harán prodigios para confundir... Aún a los mismos elegidos.
Dios no está lejos... Engañaremos a los que estén lejos, pero al Señor lo tenemos más cerca de nosotros que nosotros mismos. Dios ve nuestro interior mejor que nuestra propia conciencia y está cerca para juzgarnos individualmente. Como dice San Pablo: "la noche está avanzada y el día se acerca".
Procuremos reconciliarnos con nuestra conciencia, que será nuestra gran acusadora ante Dios, no tratemos de amordazarla en esta vida terrena.
El mismo fín de todo está cerca, nada es absoluto. Sólo Dios, sólo Cristo.