El Cristiano no es un lloron


El cristiano no es un llorón, y de ninguna manera debe serlo. El cristiano no puede,ni debe ser pesimista a pesar de todos los pesares de la vida. Cristo que nos redimió nos dice que no lloremos y mucho menos que nos hagamos llorones crónicos.

¿Tenemos cara y vida nosotros los cristianos o causamos la impresión de personas esclavizadas, encarceladas por los medios de comunicación social, por el ambiente, por el derrotismo?

No nos pase que estamos hablando del Evangelio como Buena Nueva y las únicas nuevas que comentamos son las malas nuevas.

No estemos hablando del Reino de Dios y seamos esclavos del mundo y la carne. No hablemos de Salvación, de Amor y todo sea con resentimiento y venganza.

Muchos cristianos hablan mucho de Buena Nueva, de la alegría, del amor, de la salvación y les falta la alegría del Evangelio, la alegría de la Salvación.

Cristo nos dice: "no llores".
El llorar en ciertas oportunidades es humano. Inhumano el no llorar. El mismo Jesús lloró ante la tumba de Lázaro. Sin embargo, Jesús nos dice: "no llores".
Solamente los hombres y las mujeres con Fe pueden dejar de llorar.

Nosotros, cristianos, sabemos que la muerte no es total, creemos en la inmortalidad, en la Resurrección; creemos que con la muerte la vida no se acaba, sino que comienza la verdadera vida. Sería triste que el cristiano lloré más, sea más pesimista, sea menos alegre en su vida profana que el no cristiano.

Hay un momento, en que Jesús nos dice cuándo y por qué hemos de llorar.
Cuando subía al calvario, le seguía una gran muchedumbre que lloraba por Él y Jesús dice a las mujeres: "hijas de Jerusalén no lloren por mí, más bien lloren por ustedes y sus hijos".

¿Cuál es el motivo de llorar? Porque si ésto se hace con el leño verde (sin pecado), ¿qué se hará con el seco (por el pecado)?

Este es el único motivo de llorar "nuestros pecados propios y ajenos", como lloró María Magdalena. Jesús no le dijo: "no llores". Sólo le dijo: "tus pecados están perdonados". Y dejó de llorar.

En el día de la Pascua sí le dijo:
¿Por qué lloras? Déjate de llorar que no hay por qué.