Todo es de Dios


¿Será posible que un rico o una nación se enriquezca sin cometer
injusticias? Todas las cosas son y pertenecen a Dios. No hay nada en
el mundo de lo que el hombre pueda decir: ésto es absolutamente mio,
más bien hay que decir: ésto es de Dios y debo usarlo de acuerdo a su
voluntad.

Todo lo ha creado Dios para todos, no para beneficios de unos cuantos.
Todas las cosas tienen una función social. El hombre es señor pero no
puede convertir a otro hombre en un servidor.

Cualquier persona es más importante, tiene prioridad sobre las cosas;
no se puede amasar riqueza explotando al hombre. Cualquier hombre vale
más que cualquier máquina.

Cualquier cosa es un bien relativo. El hombre es un valor absoluto, el
amor al dinero es la raíz de todos los males.

Ser rico no es pecado, pero es una gran responsabilidad.

La murmuración y las calumnias son injusticias. Somos conscientes de
toda injusticia en el mundo, pero el método cristiano no es la
violencia ni la lucha de clases. Nuestro método es la caridad aún con
los que no lo merecen; es buena voluntad aún con los que tienen y nos
tienen mala voluntad.