La salvación

¿Qué es la Salvación que nos trajo el Hijo de Dios? Como la salvación del hijo pródigo era por la reconciliación con su padre, luego consigo mismo, con su hermano y con su ambiente, así es nuestra salvación por Jesús: reconciliación con el Padre, con nosotros mismos, con el prójimo y con nuestro ambiente.
La Salvación es una gracia de Dios gratuita. Había un gran malentendido entre Jesús y los profesores de la ley. Ellos creían que el hombre puede obtener a Dios y marcar sobre Él un derecho ganado por hacer buenas obras como aparece en la ley. Pero a Dios, nadie puede marcar sobre Él un derecho ganado, y eso lo aclaró Jesús cuando les dio la parábola del fariseo y el pobre que subieron al templo (lucas18:9-14).
Esa gratitud de la Salvación la confirma San Pablo en todas sus cartas (romanos 3:21-31), (filipenses 3:9), (tito 3:4-7). La Salvación se apoya sobre la Gracia de Dios por Jesús, no por apoyarse sobre las buenas obras. Mientras que las obras confirman la fe y la traducen. Fe sin obras es una fe mentirosa; obras sin fe son obras muertas. Para que la fe sea buena, sana, viva, debe acompañarla el hecho de la palabra de Dios. Entonces, la salvación no es por las obras del hombre sino por la gracia de Cristo salvador.
El objetivo de la salvación: todos vivíamos en las pasiones del cuerpo y éramos hijos de la furia y Dios nos amó y nos revivió con Cristo (efesios 2:3-5). Ese es el fondo de la salvación. Mandó Dios a su hijo único, hombre como los demás, porque la unión completa con los pecadores era necesaria para salvarles del pecado (gálatas 4:4-5). Esa unión llevó a Cristo hasta el experimento más extremo del estado humano, “la muerte”.
Cristo al salvarnos no significa que nos hizo merecer ese amor del Padre. Dios nos ama sin ningún merecimiento....Y tampoco significa que Cristo calmó la furia de Dios. Dios no es furioso y nadie puede cambiarle su sentimiento. Por salvarnos Cristo significa que dejó que el amor del Padre y la gente lo dominaran completamente hasta entregarse totalmente por el Padre y la gente hasta la muerte. Y así, el hombre-Dios Jesús rompió la cadena del pecado y el mal que ahorcaba al hombre y que ningún ser humano podía romperla por sus fuerzas. Y así, el hijo del hombre (Jesús) rompió esa cadena por el bien de todos los hombres (pasado, presente, futuro). Entonces, desde que “Jesús entró al corazón trinitario, ha sido posible para cualquier hombre llegar donde llegó Cristo”. Es lo que nombramos Gracia, redimir, salvación, liberación.
¿Cómo pasó la salvación? Y ¿Cuál es su efecto en la vida del hombre?
Reparó la relación entre Dios y el hombre: ahora es: no mi voluntad sino la tuya.
Él es Dios hecho carne....( Filipenses 2:6-8). En su entrada al mundo dijo Jesús a su Padre: no quisiste sacrificio sino me preparaste un cuerpo....(Hebreos10:4-7) La voluntad del Padre no era que le presentaran ese cáliz amargo sino que lo aceptara con gusto de las manos malvadas...Ese cáliz no lo preparó el Padre a su hijo....Sino hubiera sido un Padre duro sin sentimiento.... Y eso no es correcto....Ese cáliz no eran sólo los dolores de la cruz sino era el rechazo de la gente a Cristo y a Dios. Ese cáliz es el mismo pecado original, si se puede decir...El pecado del rechazo a Dios que unió en sus manos todas las fuerzas del mal para matar a Cristo. ¿Qué haría Cristo? ¿Echar para atrás? La voluntad del Padre era que se respetara la libertad del hombre hasta en su rechazo a Él. Y ahí está esta libertad rechazándolo en la persona de su hijo encarnado. Y Jesús lo que hizo fue unir su voluntad con la de su Padre y tomó el cáliz: respetó el Padre la libertad del hombre que era el rechazo y respetó el hombre-Dios Jesús la voluntad del Padre, al aceptar el rechazo, y así se unieron sus voluntades sobre la cruz y se reparó la relación entre Dios y el hombre (romanos 5:17....).
Aclaró Cristo la verdadera identidad del hombre y lo liberó del pecado y el mal:
La verdadera identidad del hombre es la “del hijo de Dios”. Cuando participó Cristo en toda nuestra humanidad, nos hizo para Él socios en la filiación divina (Hebreos 2:17, 3:14).
Y cuando vivió Jesús la divinidad en nuestra humanidad, el hombre ha sido aceptado para la divinización (romanos 8:14-17) (Galatas 4:6-7 y 20).
Y la liberación del pecado comienza con el “perdón de los pecados”, y por no haber perdón sino por derramar sangre, Cristo ha quitado el pecado con su propio sacrificio. Por la cruz de Cristo se nos perdonaron los pecados y el pecado ha dejado de ser un obstáculo en el camino de la salvación. Y Cristo probó que es más fuerte que el demonio cuando los expulsaba.....y Cristo por su sangre nos compró y después de ahora ya no hay condenación a los que están con Cristo (romanos 7:7-13).
Montó Cristo la relación del hombre con su hermano sobre el amor:
Sobre esa base Cristo construyó toda su vida, de manera que sobre pasa todo “conocimiento” cuando nos dio su cuerpo y su sangre en la Eucaristía y el día que murió por nosotros.
EL AMOR ES DAR: nos dio todo su cariño, su perdón, su poder, su vida y su muerte.
EL AMOR ES SUFRIR: sufrió en cuerpo y alma por nosotros. “Que sea aplastado un gusano es una cosa y que sea aplastado Dios es otra cosa.....”
EL AMOR ES UNIÓN: en la Eucaristía.
EL AMOR ES ENCUENTRO ETERNO CON EL AMADO: es lo que se va logrando ahora por la Eucaristía, esperando lograrlo eternamente en el cielo.
“Lo que pudo hacer Cristo, lo podemos hacer nosotros por su “gracia” (Juan13:34).
Nos liberó de la esclavitud de las pasiones: todo lo que hay en el mundo de las pasiones no es del Padre sino del mundo (1Juan 2:15-16).
LA PASIÓN DEL CUERPO: o sea: los deseos inclinados en la naturaleza humana los venció Cristo cuando humilló el cuerpo por el espíritu.
LA PASIÓN DEL OJO: o sea: la ambición y la gloria vana la venció Cristo cuando no pidió nada para su gloria sino para la gloria de quien lo mandó, o sea: “el Padre”. Cristo humilló el egoísmo por la humildad.
EL EGOÍSMO DE LA RIQUEZA: o sea: cuando el hombre deja a Dios porque tiene todos los bienes del mundo. Lo venció Cristo cuando no aceptó tener de la ruina del mundo algo donde sostener su cabeza. Así humilló la ambición por la convicción.
Lo que pudo Cristo hacer, lo podemos hacer nosotros por su “gracia”.
Revivió Cristo la esperanza de la resurrección:
Había muerte eterna. La venció Cristo cuando resucitó de entre los muertos.
(2 timoteo1:10), (1 corintios15:20), (1tesalonicense 4:13), (8 efesios 2:4-7), (1corintios15:53-57).
Cristo hizo un redimir ilimitado: ese es el amor; dice San Juan: “nosotros no amamos a Dios sino Él nos amó primero y mandó a su hijo para redimirnos de nuestros pecados y los del mundo entero. “El redimir aquí no es un halagar para la furia de Dios sino es un halagar para su Amor que quiere salvar al hombre”.
Cristo dio a la historia un sentido, un objetivo, una santidad: por la encarnación del hijo entró Dios en la historia de la gente, como uno de ellos y la santificó. Por trabajar en Nazaret santificó el trabajo del hombre y su cansancio. Por su dolor y su crucificción santificó el dolor de la gente y sus cruces. Por su muerte obediente santificó la muerte de la gente y venció al pecado, que es el motivo...Por su resurrección venció a la muerte y aseguró que la victoria final no es para “la nada” sino para la “existencia”, no para la “muerte” sino para la “vida”, para la “inmortalidad”. “Cristo por su resurrección “escribió” el último capítulo de la historia”.
Cristo devolvió el hombre a la familia divina, trinitaria: cuando Jesús ascendió al cielo, la humanidad entera representada en Él pasó por Él a la mano del “Padre”, y así hemos sido parte de la familia divina. Nada nos separa del amor de Cristo...(romanos 8:35-39).
Esa salvación por Jesucristo debemos aceptarla por la fe y la práctica . “Quien acepta al hijo que dio la salvación tiene la vida eterna”.
“CRISTO MURIÓ POR NUESTROS PECADOS”
“CRISTO RESUCITÓ POR NUESTRA VIDA”
“ESA ES LA CONCLUSIÓN DE LA SALVACIÓN”.
AMÉN.