La misión de la vida

La misión de la vida es una palabra que no la pronuncia toda la gente sino solamente los grandes sabios, héroes, los nobles y los profetas....
La ausencia del objetivo o el entendimiento de la misión de la vida en la mente de la persona normal, es por su sentimiento del decaimiento de su vida diaria del nivel que piensa en él tener para su vida una misión.....y el motivo puede que sea por la vuelta del molino de la sociedad industrial y capitalista que no olvida también moler al hombre luchador y así esa vida maquinaria, moderna acaba con la vida interna del ser humano y lo convierte en un hombre vacío. Y cuando se acerca ese hombre vacío a Dios se ve a sí mismo en aprietos.... Pues él trata a Dios con la misma actitud que fue criado en ella y vivido en ella y que la usó en todos sus tratos en la vida que es: “el consumismo y/o el aprovechamiento de la mejor manera... Ojo por ojo, diente por diente.

Y así vemos a miles de adoradores intentando con cansancio ganar una palabra de Dios y cuando la tienen, la agarran poniendo todo su empeño para tratar de cumplirla. Quizás alcanzan vivir aunque muy de lejos la vida con Dios, siempre contando con los pedazos caídos, sin salir de ellos, ninguna iniciativa o intención para aumentar su suerte de esos pedazos, totalmente lo contrario del consumismo que su vida se fundó sobre él, fuera del nivel de su relación con Dios, más bien, cada vez que se aumenta el ritmo de la vida los vemos disminuyendo, abdicando sin ninguna lucha y así desaparecen en la oscuridad.

Y esa es la vida, el hoy pasa como el ayer y seguro será como el mañana....Y en ese camino no hay escape de algo de sacrificio.... Algunos sienten melancolía o depresiones o de esas enfermedades...

Gentes caen enfermas, las lloramos y seguimos nuestro camino.....Sin camino.....Sin objetivo.....Sin identidad....Y por supuesto sin misión y sin vida.
Sal para la tierra y luz para el mundo....Esa es nuestra misión en la vida.

La misión de la vida o la vida de la misión es nuestra decisión voluntaria de tener un sabor, un olor, un color, una existencia. Por eso Dios llama a quien le sigue Sal y Luz.
La luz es hacer la decisión de deshacer la oscuridad y está en el fondo del sentido de la misión de la vida. Así el ser humano caminando en las selvas, usando la luz que le guía, comienza abriendo su camino conociendose a sí mismo y a Dios, y así descubre su identidad. Y la misión no es sino ese grito silencioso que nos empuja a descubrir nuestra identidad, aunque ese grito interno silencioso nos hable con idiomas desconocidos que pasamos toda nuestra vida descifrando sus significados. Y cuando llega el ser humano a conocer su verdadera misión obtendrá un nuevo nombre que nadie lo conoce sino quien lo acepta que es: “hijo de Dios”.