Reflexiones

Ojos de corazón

Cegados por el mundo de las cosas, no vemos lo invisible, no vemos que las cosas no llenan la profundidad del hombre, sólo Dios que nos hizo para Él nos puede llenar. Estamos hechos a escala de Dios.

Nosotros tenemos cegueras de ojos abiertos; algunos no ven a la gente, sólo se ven a sí mismos; ojos de indiferencia, ojos de voracidad, ojos de odio. Necesitamos ojos de amor con corazón puro que sabe ver a Dios y su imagen en la gente, aún a los que tienen borrosa la imagen. Son los ojos del corazón los que ven lo invisible. Necesitamos caer en la cuenta de que somos ciegos, pero ¡cuidado! no busquemos experiencias místicas. Dice San Juan pico de oro: "si encontramos la llave de nuestro
corazón, veremos como esta llave abrirá tambien la puerta del cielo".

El negarse a sí mismo

¿Qué significa eso? Decir no a sí mismo y decir sí a Cristo. Decir no al facilismo, al confort, a todo lo que sea buscarse a sí mismo, a los instintos, a los deseos, a mirar, gustar, tocar lo prohibido, y decir sí constantemente a la voz de Dios. Decir como San Pablo: "todo para mí es basura, si no es el encontrar a Cristo".