La voz de Cristo

Cuando ya las amenazas de tus enemigos no te afecten para Seguirme. Cuando el dolor y la adversidad no te impidan hacer Mi voluntad. Cuando los elogios y las críticas no te muevan hacia la izquierda o hacia la derecha, ni adelante ni hacia atrás de Mí caminar. Cuando el brillo del falso oro que este siglo te ofrece ya no te deslumbre, entonces sabrás que aprendiste de Mí a estar muerto al mundo, a sus dolores, a sus victorias y a sus seducciones. Si ya has aprendido a vivir para Mi, es que encontraste el maná escondido, la vida, el gozo y la alegría que Yo te doy y que sólo de Mi proceden.