Carta a los sacerdotes


San Juan-María Vianney dice: "Alabado sea Jesús."

"El día de hoy he venido para dirigirme a todos los sacerdotes, obispos y cardenales. Les suplico que acepten humildemente mi consejo."

"Ustedes, mis queridos hermanos, tienen una enorme responsabilidad ante los Ojos de Dios. Cuando lleguen a su juicio, serán responsables de todas las almas cuyas vidas fueron tocadas por ustedes, directa o indirectamente. Ay de ustedes si un alma a su cargo se perdió a causa de sus indiscreciones, falso discernimiento o prioridades equivocadas. Ay de ustedes si se opusieron a la oración o pusieron el amor al dinero antes que el amor a las almas. Ay de ustedes si aprecian el lujo por encima de la humildad."

"Dense cuenta de esto y sean pastores buenos y amorosos."

"Vean siempre la salvación de cada alma como el mayor bien. Recen y hagan sacrificios por la salvación de su rebaño. Sus oraciones y sacrificios son como los perros pastores de su rebaño, llevándolos por el camino en que deben de ir. Cada pastor necesita un buen perro pastor."

"Les advierto, hermanos míos, no desechen rápidamente mis palabras a ustedes hoy por razones superficiales; porque no les gusta la manera en que llegaron a ustedes, porque no han sido aprobadas por personas ’importantes’ o, lo que es peor, porque piensan que estas palabras no aplican para ustedes. Indaguen ustedes mismos aquí en este mensaje de hoy. Pidan mi ayuda. Yo les daré la gracia del autoconocimiento por medio del Corazón de nuestra Madre."