Misericordia Ilimitada
En muchas ocasiones los Evangelistas señalan los sentimientos de misericordia del Corazón de Jesús cuando se encuentra con la desgracia y el sufrimiento, ante los que nunca pasa de largo: la viuda de Naín a quien resucita su hijo, las gentes que andaban como ovejas sin pastor, el leproso a quien dice: Queda limpio; cuando multiplica los panes y los peces para alimentar a la muchedumbre hambrienta,el ciego a quien le devolvió la vista.
"La misericordia es lo propio de Dios", afirma Santo Tomás de Aquino, y se manifiesta plenamente en Jesucristo, tantas veces cuantas se encuentra con el sufrimiento. Todo el Evangelio, pero especialmente estos pasajes en que se nos muestra el corazón misericordioso de Jesús, ha de movernos para acudir a Él en las necesidades del alma y del cuerpo. Él sigue estando en medio de los hombres, y sólo espera que nos dejemos ayudar. El Señor nos escucha siempre y viene en nuestra ayuda sin hacerse esperar.
Jesús ejerce su misericordia principalmente en la Confesión sacramental, uno de los misterios más gozosos de la misericordia divina. Éste es el sacramento de la paciencia divina, el sacramento de nuestro Padre Dios avistando cada día a las puertas de la eternidad el regreso de los hijos que se marcharon.