Amar a la familia

La familia es comunidad de amor, nació del amor. Amar a la familia comprende:
- Que los cónyugues se amen, se perdonen, se respeten, se ayuden, convivan.
- Que los padres amen a los hijos.

En algunas familias los hijos no son amados, quieren matrimonios sin hijos, y los hijos han sido recibidos a disgusto. Querer a los hijos exige honrar a los hijos. No faltan padres que son deshonra y verguenza de los hijos. Amar a los hijos comprende como dice San Pedro: "no exasperarlos".

Que los hijos amen a sus padres, los respeten, a veces llegan a insultarlos, a burlarse de ellos. ¡Que dura es la frase de la Biblia: maldito el hijo que hace llorar a su madre! Pero hoy, hacen llorar también a los padres, a los dos.

Que los hermanos se amen entre sí. ¿Cuántos hermanos dispuestos a vender a su hermano, como los hijos de Jacob vendieron a su hermano por 20 monedas? ¿Cuántos hermanos son como el hijo mayor del pródigo?

El amor implica la paz, y la familia que reza unida permanece unida.

La familia humana: La sagrada familia no era una familia encerrada en sí misma, ni lo debe ser la familia cristiana. Jesús y María comparten la alegría en la boda de Caná. La humanidad entera somos una familia. Pero muchos siguen todavía encerrados en su racismo o en su partido.

La familia es comunidad de fe. la familia que tiene fe ora en familia, poco o más, pero ora. La familia es comunidad de esperanza. No olvida a sus muertos, pero la muerte no le quita la alegría. El adios de la muerte es un breve adios, es un hasta pronto.

La familia es una comunidad de amor. "Donde hay caridad y amor ahí está Dios". Dios es amor y su ley es el amor.

La familia es el matrimonio con los hijos, pero no olvidemos que un integrante del matrimonio es Dios.

Modelo de la madre es la Virgen María, modelo del padre es San José, modelo de los hijos es Jesús de Nazaret.