EL MIEDO Y LA PAZ


Los cristianos de hoy viven del miedo que de la esperanza. Tienen miedo a presentarse como cristianos; tienen miedo a la moral cristiana, quieren aguar indecentemente, mistitficar, endulzar la sal. ¡Vaya sal! Los laicos comprometidos cuando se presentan en las asambleas dan la misma impresión que un agnóstico. Miedo por todas partes.

Y que mal consejero es el miedo. Nos puede suceder de aquélla mujer que sufrió un accidente y le entró el miedo, y prometió no volver a salir de su casa y lo cumplió.

Así son muchos cristianos que por el miedo cada día se van relegando más y más.

¡Que infundado era el miedo de los apóstoles! Estaban Caifás y el Sanedrín persiguiéndolos y tenían más miedo que los mismos apóstoles. Pero el miedo muchas veces es irracional.

Estando sentados en el cenáculo con ese miedo, entró Jesús y dijo: "Paz a vosotros".

¿Qué significa paz? Desde luego: ¡Fuera ese miedo! ¿A qué viene ese miedo?

¿No nos diría algo parecido con motivo de esta pascua? Paz, Felicidad.

Cristo es el portador de la felicidad, de la alegría.

El Evangelio es el Evangelio de la felicidad, de la salud, de la vida.

Paz, ánimo, coraje, valor.

Cristo nos dice: "Paz".

Paz en nuestro interior. Muchos viven con miedo a Dios, con miedo a los hombres, con miedo al futuro, con miedo a todo. Paz con nosotros mismos, con nuestra conciencia.

Paz con y en nuestras familias. ¿No será el momento de reconciliarse de ciertos rencores, resentimientos que van apareciendo? Paz entre los padres, los hijos. Es el día de darse la paz, el abrazo de la paz. ¡Porque Cristo ha resucitado!

Paz en el pueblo, en la Parroquia. ¿Que podemos hacer para que haya más unión entre los hermanos de la misa y del mismo pueblo?

"Fuera el miedo y sembremos la paz".