¿Quieres seguir a Cristo hacia donde está la paz y la verdadera alegría? Será mejor seguirlo pero, ¿Sobre qué camino? La altura nos alegra, pero la humildad es su escalera. Comienza paso a paso y te elevas. Si quieres ser muy grande, comienza de lo que es muy simple. El aplastamiento del corazón y la renuncia a él no lo ves en los libros de los filósofos. El camino de la humildad viene de otro lado, viene de Cristo. ¿Y qué nos enseñó Cristo de la humildad sino su muerte en la cruz? ¿Y qué más nos enseñó el día que fue bautizado y él no hizo un pecado? ¿Y el día de su crucifixión y él no tiene culpa?Jesús es una puerta humilde. Si quieres entrar, tienes que ser humilde para poder entrar, sin lastimar tu cabeza. Entra con humildad y avanza con pie firme.
Medita lo que hizo Dios por ti. Vino a la muerte para morir buscándote. El peso del egoísmo del hombre era tan grande que era imposible salvarse sino a través de la humildad de Dios. Y el hombre no sabía que iba a la muerte y lo peor que Él creía que era sano. Entra por Cristo, ve sus ejemplos y síguelo. Conoce su humildad para que sepas que era hombre, no Dios y que Dios lo hizo hombre por ti. Nunca seas menos de lo que eres si no sabes quien eres. Cuando te ves a tí mismo piensa en tu humildad, porque cada avance que logras es por la gracia de Dios y su misericordia. La preocupación por la humildad es mejor que la confianza en el egoísmo. El desconocimiento con la piedad es mejor que la ciencia con egoísmo. Confesar el desconocimiento es un paso hacia el conocimiento. La humildad en las malas no enoja a Dios, como el egoísmo en la buenas. Si haces el bien no ofendes a quien no lo hizo. No te alabas a ti mismo si eres bueno porque si lo haces te cambias de bueno a malo.Donde está la humildad ahí está la grandeza y donde está la debilidad ahí está la fuerza, y donde está la muerte ahí está la vida. Si quieres llegar a esas no ignores a aquellas. Avanza en el camino y nunca te quedes parado, o lo dejes,. o te eches para atrás. El lento que camina en ese camino es mejor de quien corre fuera de él. Amén.