
compra ni se le vende porque tiene fe”. La esperanza: y ésta da al cristiano un sentido de optimismo, de alegría. La esperanza le da empuje y coraje en los contratiempos. El que no tiene fe ni esperanza duerme en las tinieblas de la noche.
Diferencia exterior: la moral, la conducta. El cristiano tiene que ser luz doblemente: porque lleva la luz dentro y porque la irradia hacia fuera con su conducta. “la luz no es para meterla bajo el celemín”. “Que brillen sus obras de manera que al verlas el mundo glorifiquen a su padre que está en el cielo”. De noche desaparece el sol y se apagan la luces y es cuando hacen su gran negocio los ladrones, los adúlteros. “El cristiano no vive de noche sino de día”. Dos actitudes recomienda San Pablo (1tes:5:1-6). Vigilancia: no dormir como las vírgenes necias. El día del señor llega como el ladrón. Es todo lo contrario de lo que dicen: “paz y
seguridad”. Ya tendremos tiempos de arrenpentirnos: “cuando sea viejo, rectificaré toda mi conducta, dejaré mis vicios”. Los políticos dicen: “paz y seguridad”. Austeridad: tomar la cruz, entrar por el camino estrecho, negarse a sí mismo, pobreza de espíritu. Templanza: auto control de todas las pasiones.