¿Quién es el hombre?

Mientras un filósofo caminaba, encontró un hombre herido, maltratado. Después de atenderlo, el hombre maltratado le dijo: “bueno, y después de todo ¿quién eres? Respondió el filósofo: “¿qué quien soy yo? Daría cualquier cosa por saberlo.
San Pablo trata de decirnos algo en su primera carta a los corintios sobre quienes somos. Algunas posibles respuestas a la interrogante: Desde la biología, desde la anatomía: tal vez nos digan que somos el último anillo de la evolución de la materia; que somos un homínido; un animal que piensa; que somos tronco, cabeza y extremidades...etc. ¿Está dicho con eso lo que es el hombre? Desde la sociología nos
dirán que somos un ser relacional; que ser hombre es estar con los demás y para los demás. ¿Está dicho todo con eso? Desde la psicología nos dirán que somos un atijo de instintos, de impulsos, que somos un conglomerado de consciente e inconsciente...etc. Desde la filosofía nos dirán: Aristóteles: el hombre es un animal racional, en que parece predominar lo animal. Marx: el hombre es un ser histórico y social. ¿Ya está dicho todo? Nietzché: que el hombre es voluntad de poder. ¿Solamente eso? Freud: tal vez diga que es voluntad de placer. ¿Solamente? Nos irán diciendo que somos mitad bestia y mitad ángel; espíritu y materia...etc.
Desde la Biblia, ¿quién es el hombre? La estructura Bíblica fundamental del hombre, según la Biblia es: 1) que es “imagen y semejanza de Dios”. Por eso el anhelo
insaciable del hombre de “ser como Dios”. Dice Jesús: “sed perfectos como el padre del cielo”. San Pablo dice: “el hombre es cuerpo”, otras veces dice que es “carne”, por eso es caduco y mortal, es un cuerpo orgánico. 2) Es “animal”, es decir, un cuerpo con vida, con alma, en griego “psíquico”. No olvidemos que en latín alma es “ánima”, de donde viene animal, y en griego “psique” de donde viene psíquico. Por eso a veces algunos traducen a San Pablo hablando de un hombre “psíquico” y nos
confunden. El alma sería principio de vida, los vivificantes, el aliento de vida que Dios sopló sobre Adán y Eva. El hombre es entendimiento, razón, voluntad, libertad, corazón. Y ésto lo era ya antes de la encarnación de Cristo y lo era y es todo hombre. No creo que jamás se le ocurriera a San Pablo dudar de ésto. ¿Qué es lo que
nos trajo Cristo con su encarnación? ¿Pasión y muerte? 3) El espíritu. Eso no quita que el alma sea espiritual, y espíritu. Pero San Pablo al alma la llama “ánima”, y al Espíritu Santo lo llama “espíritu”. Tal vez nosotros hemos entremezclado excesivamente las dos palabras y confundimos lo psíquico con lo espiritual. Por eso San Pablo dice que el Adán hombre, primero cronológicamente era un cuerpo animal, es
decir, un cuerpo con alma o un alma con cuerpo. Y si no queremos dicotomías, un cuerpo animado o un alma somática. Pero el segundo Adán, “Cristo”, es un espíritu vivificante. No niega la humanidad de Cristo: su cuerpo animado o su alma somática. Nos da su diferencia específica con el Adán primero: espíritu vivificante. Resumiendo: el hombre es cuerpo, alma y Espíritu Santo (gracia). Ese es el hombre cabal, el hombre nuevo, el hombre cristiano. Un cristiano que no está en “gracia”, que no tiene el Espíritu Santo, es una especie de no-cristiano, una contradicción. Vive en verdadera desgracia de Dios.