La Misericordia

Jesucristo es el gran revelador del Padre, es la Palabra de Dios al hombre y nos ha revelado que es "Dios rico en misericordia". El mismo Cristo habla de la misericordia, se retrata a sí mismo en las parábolas del hijo pródigo, del buen samaritano, del buen pastor. En la última cena nos dice: "Quien me ve a mi, ve al Padre". Por consiguiente, "ese Dios, ese Cristo, es rico de misericordia".

La Iglesia, cuyo camino es Cristo, nos dice Juan Pablo II:

Profesa, hace opción por la misericordia, por el perdón, por la bondad.

Proclama y predica la misericordia. Algunos han tratado de desacreditarla con el paternalismo.

Pero la Iglesia no puede prescindir de la misericordia.

Trata de practicar las obras de misericordia y beneficiencia.

Invoca la misericordia de Dios por la oración e invoca a todas horas la misericordia de los hombres.

¿En qué consiste la misericordia? (Según Juan Pablo II)

En una actitud de bondad.

Una actitud de buena voluntad, de benevolencia con el otro aunque el otro no corresponda.

Es una especie de compromiso, de ser bueno y fiel a pesar de las traiciones, más fuerte que el pecado y que la muerte.

Es amor de madre, amor gratuito y desinteresado.

Es una actitud de paciencia, de comprensión, una disposición permanente a perdonar. "Dios no podrá dejar de perdonar".

Dice Dios: "No quiero la condenación de los pecadores, sino su conversión y su perdón. Por eso no me alejo de ellos, ni los alejo de mí".

Dios prefiere dar a los pecadores la oferta del perdón a la excomunión.