Jesús nos ha enseñado la doctrina con el ejemplo, haciendo primero lo que predicaba. Cuando nos habla de amar a los demás, puede decir con razón: como Yo os he amado (Juan 13,34);cuando nos pide que carguemos la cruz, puede mostrarnos las heridas de los clavos en sus manos; cuando nos llama a la perfección en nuestro trabajo, lo vemos en el taller de Nazaret, trabajando durante treinta años.
Toda su vida, Jesús se muestra como nuestro modelo: Él es el "hombre perfecto" que nos invita a ser sus discípulos y a seguirle: con su anonadamiento, nos ha dado un ejemplo a imitar; con su oración atrae a la oración; con su pobreza, llama a aceptar libremente la privación y las persecuciones. Si queremos ser su discípulo, seguirlo y que le sigan los demás, hemos de dar primero buen ejemplo. Por eso es bueno que nos hagamos muchas veces esta pregunta:¿cómo se comportaría Jesús en esta situación?