LA LENGUA


Hay Iglesia mudas, que no hablan, que no predican; hay misas mudas sin homilías; hay homilías mudas porque no dicen nada; hay obispos mudos, no hablan con los feligreses. Hay Iglesia que del silencio hace su profesión para evitar conflictos; calla las injusticias y llama al miedo y cobardía "prudencia". Hay Iglesia ambigua, vacilante, que quiere jugar a dos manos. Hay Iglesia que mete la nariz en todo,quiere ser un sabelotodo, meterse en todo.

No es raro oir quejarse de que ciertas personas "piadosas", perteneciendo a parroquias, tienen una lengua muy suelta y muy cortante. Hay personas cínicas que no saben atar y controlar la lengua, sino hablan sin pensar. Es bueno leer el capítulo tres de la carta de Santiago, donde nos habla de los daños de la lengua, como:
chismes, cuentos, sospechas, repetir lo que dijeron los demás, calumnias.

"Lenguas desatadas, no, lenguas atadas, tampoco, lenguas controladas, eso sí".