
Necesitamos calma en la casa, en el trabajo, en la calle, con la gente.
Necesitamos trabajo y necesitamos descanso.
Necesitamos silencio, una cita diaria con nosotros mismos con la Biblia en mano.
Necesitamos evaluarnos: prever, proveer, revisar.
Si no acabemos de entender, necesitamos el secreto del éxito: el "Evangelio".
No hagamos caso de las promesas de éxito de las propagandas. Escuchemos más bien al "Evangelio".