LA LIBERTAD


Todos pretendemos ser libres. Pero ¿Qué es ser libres? Los hombres libres son aquéllos que puestos ante cualquier decisión, no consultan su propio interés, su propio egoísmo.Libres son los que se guían por un llamado profundo a superarse constantemente, los que se guían inspirados por el Espíritu Santo.

Todo cristiano debiera ser un inspirado lleno de entusiasmo. Dos desviaciones amenazan a la libertad que Cristo nos dio:

Dejar que se apague el entusiasmo que nos dio Cristo, de cuando nos sentimos capaces de hacer cualquier cosa por Cristo. Y con eso vamos amoldando nuestra vida a prácticas mediocres, con lo que pretendemos suplir la falta de Fe y de Amor verdadero. Dejarnos impresionar demasiado, por ejemplo de otros tiempos o de otros ambientes, ir copiando modelos morales y aún cristianos que no corresponden a lo que Dios quiere de nosotros.

Dice Pablo: "otra vez queremos andar como esclavos y nos sometemos a ídolos". El hombre se cansa de la libertad. Muchos prefieren trabajar sin preocupaciones al servicio de un patrón y no tener responsabilidad de una obra personal. Muchos no aprecian a un sacerdote que les invita tomar la decisión por sí mismos. Prefieren que se les diga: "está bien, esto es pecado".

Pero decidir por sí mismos exige un esfuerzo personal, nos obliga a reflexionar, a tomar responsabilidades. Muchos cristianos prefieren caminar por senderos bien señalados, prefieren estar tranquilos. En este sentido, la libertad es la responsabilidad y la capacidad de responsabilidad.

Nos cansamos de ser libres, porque ser libres es amar y nos cansamos de amar. Ser libres es hacerse esclavos, servidores de otros por amor. "Amar es servir". Por eso, la ley entera está en una frase: "Amarás a tu prójimo como a tí mismo". Del servicio a los demás nace la Alegría, la Paz, la Felicidad.

Nuestra vocación es la libertad. ¿En qué sentido? Nuestra vocación es la responsabilidad, obrar conscientemente y de acuerdo con la conciencia. No obrar presionados ni inconscientemente.

Nuestra vocación es la verdad y la verdad es la que nos hace libres. Buscar la verdad, aceptarla, defenderla, morir por ella. Rechazar la mentira, la hipocresía. Nuestra vocación es el amor y el amor o es libre o no es amor; será instinto, necesidad. Nuestra vocación es la felicidad y fuera de la libertad no hay felicidad. Nuestra vocación es el servicio a Dios y al prójimo. Sólo el que sirve de buena gana y con generosidad es libre.

Vocación a ser reyes y señores, a ser liberados de todo pecado, a ser salvados de la esclavitud, a vivir como hijos con derecho a la herencia del cielo.