La Virgen Maria: documental: ( Parte I )


El fundamento bíblico de la oración a María y la enseñanza católica sobre María .

La bienaventurada Virgen María es la madre de Jesucristo. Contrariamente a lo que afirman algunos, la Iglesia católica no enseña y nunca ha enseñado que la Virgen María es Dios. Eso sería una herejía. María es sólo una criatura, pero el mayor de los seres humanos que han sido creados por Dios. Por favor lea esta evidencia bíblica de la enseñanza de la Iglesia católica acerca de María, y por qué es tan necesario comprender su rol e importancia.


Para entender la Biblia y lo que enseña acerca de María (la madre de Jesucristo), es necesario entender los tipos bíblicos.


Un tipo es un evento verdadero, persona o institución en el Antiguo Testamento que presagia o prefigura algo del Nuevo Testamento.


LA BIBLIA ENSEÑA QUE ADÁN, EL PRIMER HOMBRE, FUE EL TIPO DE JESUCRISTO


Jesucristo es verdadero Dios y verdadero hombre. Adán fue sólo un hombre. Sin embargo, la Biblia dice que Adán fue un tipo de aquel que habría de venir, Jesucristo.


Romanos 5, 14: “Pero la muerte reinó desde Adán hasta Moisés aun sobre aquellos que no habían pecado, a semejanza de la transgresión de Adán, que es el tipo del que había de venir [Jesús]”.


¿Cómo fue Adán el tipo de Jesús? La respuesta está mejor resumida en el siguiente pasaje.


Romanos, 5, 19: “Pues como, por la desobediencia de un solo hombre, muchos se constituyeron en pecadores, así también, por la obediencia de uno, muchos se constituirán en justos”.


Adán sumergió al mundo en el pecado; Cristo vino a redimir al mundo del pecado de Adán. Adán pecó por su desobediencia en el del árbol de la ciencia del bien y del mal; Cristo redimió al mundo por su obediencia y sacrificio en el árbol de la cruz. Esa es la razón de por qué la Biblia dice que Cristo es el nuevo o segundo o último Adán. Él vino a deshacer lo que hizo Adán. Él se convirtió en la cabeza de la nueva y redimida raza de quienes viven sobrenaturalmente en Cristo, mientras que Adán, el primer hombre, fue la cabeza de la humanidad que cayó en el pecado.


LA BIBLIA ENSEÑA QUE JESUCRISTO ES EL SEGUNDO ADÁN


1 Corintios 15, 45: “Que por eso está escrito: ‘El primer hombre, Adán, fue hecho alma viviente’; el último Adán, espíritu vivificante”.


Hay muchos tipos bíblicos. Recuerde que todos esos eventos, personas y cosas fueron eventos reales, personas y cosas que también prefiguraron algo que ocurriría después. He aquí algunos ejemplos:


1 Cor. 10, 12 – La Biblia enseña que el paso por el Mar Rojo (Éxodo 14) es prefigura del bautismo.


1 Pedro 3, 19-21 – La Biblia enseña que el Arca de Noé y el Gran Diluvio prefiguraban la salvación por el bautismo y la Iglesia.


1 Cor. 5, 7 – La Biblia enseña que el Cordero Pascual que era sacrificado (Éxodo 12) es prefigura de Cristo, el Cordero de Dios, que quita los pecados del mundo (Juan 1, 29).


Heb. 8, 8-9 – La Biblia enseña que el sistema del Antiguo Testamento era una “sombra” o figura del Nuevo Testamento.


Mateo 12, 40 – La Biblia enseña que los tres días que Jonás pasó en el vientre de la ballena son prefigura de la Resurrección de Cristo después de tres días de su muerte.


Se podrían dar muchos otros ejemplos de tipos bíblicos. Es importante comprender que el cumplimiento de un tipo (llamado “antitipo”) es mayor que el tipo. Jesucristo es infinitamente mayor que Adán; el Nuevo Testamento es mayor que el Antiguo; la Resurrección es mayor que las tribulaciones de Jonás, etc. Teniendo esto en mente, debemos ahora considerar los tipos de María, la madre de Jesucristo. Hay muchos tipos de María. Además de otras evidencias bíblicas, estos tipos proporcionan innegables pruebas bíblicas de la enseñanza católica acerca de María. Los siguientes puntos serán sin duda nuevos y sorprendentes para muchos no católicos.


ASÍ COMO CRISTO ES EL NUEVO ADÁN, MARÍA ES LA NUEVA EVA


Como ya se ha mencionado, Adán fue un tipo (prefigura) de Jesucristo. Hubo también una singular mujer que se involucró con Adán, el primer hombre, en la caída del mundo en el pecado. Ella fue Eva, la primera mujer. Fue la transgresión de Adán lo que constituyó el pecado original. Pero Eva estuvo vinculada de manera fundamental e inextricable a los acontecimientos que condujeron al pecado original. La mujer (Eva) pecó y fue la que condujo a Adán al pecado.


Génesis 3, 1-6: “Pero la serpiente, la más astuta de cuantas bestias del campo hiciera Dios el Señor, dijo a la mujer: ‘¿Con que os ha mandado Dios que no comáis de los arboles todos del paraíso?’ Y respondió la mujer a la serpiente: ‘Del fruto de los árboles del paraíso comemos, pero del fruto del que está en medio del paraíso nos ha dicho Dios: No comáis de él, ni lo toquéis siquiera, no vayáis a morir’. Y dijo la serpiente a la mujer: ‘No, no moriréis; es que sabe Dios que el día que de él comáis se os abrirán los ojos y seréis como Dios, conocedores del bien y del mal’. Vio, pues, la mujer que el árbol era bueno para comerse, hermoso a la vista y deseable para alcanzar por él sabiduría, y tomó ella de su fruto y comió, y dio también de él a su marido, que también con ella comió”.


Así como “la mujer” (Eva) estuvo íntimamente involucrada en los eventos que condujeron al pecado original, hay una mujer que está íntimamente involucrada en los eventos que condujeron a la Redención. Esa mujer es María, la madre de Jesucristo. Ella es la nueva Eva.
Hay numerosos claros paralelismos en la Biblia entre Eva y María. Esto demuestra que María es la nueva Eva, así como Cristo es el nuevo Adán.


EVA SE COMUNICÓ CON, CREYÓ Y OBEDECIÓ A UN ÁNGEL CAÍDO (LA SERPIENTE) –
MARÍA SE COMUNICÓ CON, CREYÓ Y OBEDECIÓ A UN ÁNGEL BUENO (GABRIEL)


Génesis 3, 4-6: “Y dijo la serpiente a la mujer: No, no moriréis… y [Eva] tomó de su fruto y comió…”.


Lucas 1, 26-38: “… fue enviado el ángel Gabriel de parte de Dios a una ciudad de Galilea… a una Virgen… y el nombre de la Virgen era María. Y presentándose a ella le dijo: Salve, llena de gracia, el Señor es contigo… El ángel le dijo: No temáis, María, porque has hallado gracia delante de Dios, y concebirás en tu seno y darás a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús… Dijo María: He aquí la sierva del Señor, hágase en mí según tu palabra. Y se fue de ella el ángel”.


Eva se acercó a la serpiente (el diablo), un ángel caído. Eva creyó en sus palabras mentirosas y desobedeció a Dios. Eva pecó e hizo que su marido pecara, sumergiendo al mundo en la muerte.


Gabriel, un ángel bueno, se presentó a María. María creyó en su mensaje de salvación; que ella era bendita entre las mujeres, llena de gracia, y daría a luz al Salvador. María obedeció a Dios, ella consintió en la concepción de Jesucristo en su seno, y permitió que Él viniera y redimiera al mundo del pecado de Adán.


Incluso en la Iglesia muy antigua, estos paralelos bíblicos fueron reconocidos como identificando a María como la nueva Eva, al igual que Jesucristo es el nuevo Adán. San Irineo fue un famoso Padre apostólico del siglo II. Él contrasta la primera Eva con la segunda Eva (María).


San Irineo, Contra las Herejías, Libro III, cap. 22, 185 d.C.: “En conformidad con este diseño, María la Virgen fue obediente, diciendo: He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra (Lucas, 1, 38). Pero Eva fue desobediente; porque ella no obedeció cuando aún era virgen… Y así fue también que el nudo de la desobediencia de Eva fue desatado por la obediencia de María. Porque lo que la virgen Eva tenía atado, por incredulidad, fue lo que la Virgen María desató por la fe”.


EVA FUE LA MADRE DE TODOS LOS VIVIENTES –
MARÍA, COMO MADRE DE JESÚS, ES LA MADRE DE TODOS LOS VIVIENTES, E INCLUSO DE LA VIDA MISMA


Génesis 3, 20: “El hombre llamó Eva a su mujer, por ser la madre de todos los vivientes”.


Eva fue llamada la “madre de todos los vivientes” porque todos los que los que han vivido descienden de ella. María es también la madre de todos los vivientes, pero incluso de una forma mayor. María es la madre de Jesucristo, quien es la vida misma y en quien se encuentra toda la vida.


Juan 1, 4: “En Él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres”.


Mateo 1, 16: “María, de la cual nació Jesús…”.


Juan 14, 6: “Jesús le dijo: Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por mí”.


Jesús es la vida. María es, por lo tanto, literalmente la madre de la Vida misma. Es claro el paralelismo con Eva, la madre de todos los vivientes. La diferencia es que María es la madre de la Vida que es infinitamente mayor que la existencia humana. Quienes viven y mueren en su Hijo tienen acceso a la vida eterna en Él y en llegar a ser nuevas criaturas.


2 Corintios 5, 17: “De hecho que el que es de Cristo se ha hecho criatura nueva”.


El cumplimiento (María es la madre de todos los vivientes) es nuevamente mayor que el tipo (Eva como madre de todos los vivientes).


EVA FUE CREADA SIN PECADO –
LA NUEVA EVA, MARÍA, TAMBIÉN TUVO QUE SER CREADA SIN PECADO


Hemos visto que la Biblia indica que María es la nueva Eva. Entonces la pregunta es: ¿en qué estado fue creada el alma de Eva? Génesis 2 dice que Eva fue libre de todo pecado. Toda la creación era perfecta hasta la caída de la humanidad. Tanto Adán como Eva fueron creados en estado de justicia original. Ellos no perdieron el estado de perfección original, en el cual estaban libres de todo pecado, hasta que cometieron el pecado original, como nos narra Génesis 3.


Si Dios creó a la primera mujer (la primera Eva) sin ningún pecado, entonces él podía ciertamente crear la segunda (y mayor) Eva (la santísima Virgen María) sin ningún pecado. Eso fue exactamente lo que Él hizo. Él tuvo que hacerlo como una cuestión de proporción y justicia porque ella sería el primer miembro de la humanidad redimida.


DEFINICIÓN DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN


Papa Pío IX, Ineffabilis Deus, 8 de diciembre de 1854: “Declaramos, proclamamos y definimos que la doctrina que sostiene que la beatísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de la culpa original en el primer instante de su concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Cristo Jesús Salvador del género humano, está revelada por Dios y debe ser por tanto firme y constantemente creída por todos los fieles”.


Algunos equivocadamente piensan que la Inmaculada Concepción se refiere a la concepción milagrosa de Jesús en el vientre de la Virgen María. Ello no es correcto. Jesús, de hecho, fue concebido sin ningún pecado en el vientre de María, pero la Inmaculada Concepción se refiere a la concepción de María en el vientre de su madre. Desde el primer instante de su creación, ella fue preservada de toda mancha del pecado original, el que heredan todos los otros miembros de la raza humana (excepto Jesús).


Dios la preservó libre de todo pecado en previsión de los méritos de salvación de Jesucristo. Este privilegio le fue concedido a María porque ella habría de ser el arca pura y sin maldición que portaría al Dios santo. Para que pudiera llevar a la santidad infinita, María tuvo que ser santa desde el primer instante de su creación.


JESÚS SALVÓ A MARÍA DE UNA MANERA SUPERIOR


Por lo tanto, si María fue preservada de toda mancha de pecado original, ¿ello significa que no tuvo Salvador? No. La misma Virgen María responde que sí.


Lucas 1, 46-47: “Mi alma engrandece al Señor, y exulta de júbilo mi espíritu en Dios, mi Salvador”.


Dios salvó a María preservándola de contraer el pecado original. Supongamos que un hombre cae en un profundo hoyo en el bosque, pero es rescatado por un amigo. Supongamos ahora que un hombre ve a una mujer que camina hacia el profundo hoyo, y la sujeta justo antes de que ella caiga en él. En primer lugar él la detiene de caer en el hoyo, de manera que ella no se lesiona ni ensucia en absoluto. ¿Él salvó a la mujer? Ciertamente que sí lo hizo. Él la salvó de una manera superior, impidiendo que cayera en el hoyo y sufriera cualquier consecuencia dañina.


Así es como Dios salvó a María. Jesús fue su salvador de una manera superior, preservándola de contraer el pecado original, y preservándola del pecado toda su vida. Él hizo esto de María en consideración de su papel único. La impecabilidad de María se indica en numerosos tipos en la Biblia.


Algunos expresan incredulidad ante la noción de que Dios crease a alguien completamente libre de pecado. Ellos se olvidan que Dios creó al primer hombre y a la primera mujer sin pecado.


LA BIBLIA ENSEÑA QUE MARÍA ES EL ARCA DE LA NUEVA ALIANZA


Ahora veremos que la Biblia identifica a María como el Arca del Nuevo Testamento. Identifica a María como la Nueva Alianza que equivale al Arca del Antiguo Testamento. María es el nuevo y mayor cumplimiento de lo que fue prefigurada por el Arca del Antiguo Testamento. Esta información es una de las más importantes y reveladoras acerca del profundo rol de María.


Puesto que llevaba y representaba la presencia de Dios, el Arca de la Antigua Alianza/Testamento era la cosa más sagrada y poderosa sobre la tierra fuera de Dios mismo. El Arca de la Alianza era un cofre sagrado que contenía las tablas de piedra de los Diez Mandamientos (Deuteronomio, 10, 5). El Arca también contenía y representaba la presencia espiritual de Dios en la tierra. Cuando Dios habló a Moisés, lo hizo desde los dos querubines que estaban en el Arca.


Números, 7, 89: “Cuando Moisés entraba en el tabernáculo de la reunión para hablar con el Señor, oía la voz que le hablaba desde encima del propiciatorio, puesto sobre el arca del testimonio, entre los dos querubines; así le hablaba Dios”.


Éxodo 25, 21-22: “Pondrás el propiciatorio sobre el arca, encerrando en ella el testimonio que yo te daré. Allí me revelaré a ti, y de sobre el propiciatorio, de en medio de los dos querubines, te comunicaré yo todo cuanto para los hijos de Israel te mandaré”.


Veamos ahora la forma en que la Biblia identifica a María como el Arca de la Nueva Alianza.


El Arca de la Antigua Alianza La Virgen María

Contenía la palabra escrita de Dios (Deut. 10, 5)

Contenía el Verbo de Dios hecho carne, Jesús (Juan 1, 1)

Jesucristo es el Verbo de Dios hecho carne (Juan, 1, 1). Por lo tanto, al igual que el Arca de la Antigua Alianza contenía la palabra escrita de Dios, María (que es el Arca de la Nueva Alianza) contiene la Palabra de Dios hecha carne.


Apocalipsis 19, 13: “… y viste un manto empapado en sangre y tiene por nombre Verbo de Dios”.


El Arca de la Antigua Alianza La Virgen María

Entonces la nube cubrió el tabernáculo de la reunión, y la gloria de Dios llenó la habitación (Éxodo, 40, 34-35)

Y la virtud del Altísimo te cubrirá con su sombra (Lucas, 1, 35)

El tabernáculo fue construido para contener el Arca santa (Éxodo 40, 2-3). Cuando Dios bajaba sobre el tabernáculo y el Arca para hablar con Moisés, leemos en Éxodo 40, 34-35 que la nube de la gloria o de la presencia visible de Dios (llamada la “Shekinah) lo “cubría”. La palabra usada para describir cómo esta presencia única de Dios que “cubría” el Arca es episkiasei en la traducción griega del Antiguo Testamento.


Éxodo 40, 34-35: “Entonces la nube cubrió el tabernáculo de la reunión, y la gloria de Dios llenó la habitación. Moisés no pudo ya entrar en el tabernáculo de la reunión, porque lo cubría la nube, y la gloria de Dios llenaba el habitáculo”.


La misma palabra episkiasei se usa en el griego del Nuevo Testamento para describir cómo la presencia de Dios “cubría” a la Virgen María. La Biblia utiliza esta palabra sólo para referirse al Arca y a María.


Lucas 1, 35: “El ángel le contestó y dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la virtud del Altísimo te cubrirá con su sombra, y por esto el hijo engendrado será santo, será llamado Hijo de Dios”.


La clara implicación es que la presencia de Dios cubría a María y descendía sobre ella – puesto que ella es la Nueva Arca – al igual como cubrió el Arca del Antiguo Testamento. Esto revela que María, si bien es una criatura e infinitamente inferior que Dios, es la nueva Arca. Por lo tanto, Ella tiene una conexión única con Dios, una única santidad, santificación y poder.


LA SORPRENDENTE EVIDENCIA DE 2 SAMUEL 6 Y LUCAS 1 DE QUE MARÍA ES EL ARCA DE LA NUEVA ALIANZA


Considérese el sorprendente paralelismo que la Escritura nos da entre lo que sucedía con el Arca de la Antigua Alianza en 2 Samuel 6 (2 Reyes 6 en la Biblia católica tradicional), y lo que le sucedió a la Santísima Virgen María, el Arca de la Nueva Alianza, en el capítulo 1 del Evangelio de Lucas. Lucas 1 es la historia más completa en la Biblia acerca de la Virgen María.


El Arca de la Antigua Alianza La Virgen María

2 Samuel 6, 9: “Se atemorizó entonces David del Señor y dijo: ¿Cómo vendrá a mí el Arca del Señor?”

Lucas 1, 43: “[Y dijo Isabel] ¿De dónde que venga a mí la madre de mi Señor?”

David dice: “¿Cómo vendrá a mí el Arca del Señor?” mientras que Isabel pregunta “¿de dónde que venga a mí la madre de mi Señor?”.

Isabel le dice lo mismo a María que dijo David acerca del Arca porque María es el Arca de la Nueva Alianza. La única diferencia entre las dos preguntas es que literalmente se usa “madre” en donde se dice Arca. La Biblia nos está diciendo que la madre del Señor = el Arca. Esto se confirma despejando toda duda cuando avanzamos en la historia.


David saltó delante del Arca El niño saltó en la presencia de María

2 Samuel 6, 16: “Cuando el Arca del Señor llegó a la ciudad de David, Micol, hija de Saúl, miró por la ventana: y al ver al rey David saltando y danzando delante del Señor…”.

Lucas 1, 41-44: “Así que oyó el Isabel el saludo de María, exultó el niño en su seno, e Isabel se llenó del Espíritu Santo, … porque así que sonó la voz de tu salutación en mis oídos, saltó de gozo el niño en mi seno”.

David saltó delante del Arca, al igual que el niño en el seno de Isabel saltó delante de María (la Nueva Arca).


El Arca se quedó por tres meses María (el Arca) se quedó por tres meses

2 Samuel 6, 11: “Tres meses estuvo el Arca del Señor en la casa de Obededón de Gat, y el Señor le bendijo a él y a toda su casa”.

Lucas 1, 56-57: “María permaneció con ella como unos tres meses y se volvió a su casa. Le llegó a Isabel el tiempo de dar a luz, y parió un hijo”.

En 2 Samuel 6, leemos que el Arca se quedó con Obededón de Gat por tres meses. Del mismo modo, en Lucas 1, leemos que María (el Arca de la Nueva Alianza) se quedó con Isabel por tres meses.


2 Samuel 6, 11 también menciona que el Señor bendijo a Obededón y a su casa el tiempo en que estuvo el Arca. La “bendición” en la Escritura indica frecuentemente una descendencia fecunda. En este hecho vemos otro paralelo en Lucas 1 sobre María. Porque Lucas 1, 57 nos dice que después que María se quedó con Isabel, el Señor bendijo a su casa con el nacimiento de un niño, Juan el Bautista.


David fue a buscar el Arca de Judá Esto ocurrió cuando María (el Arca) fue a Judá

2 Samuel 6, 2: “Y acompañado de todo el pueblo congregado tras él, [David] se puso en camino para Baalat de Judá, para buscar el Arca de Dios, sobre la cual se invoca el nombre del Señor Sabaot, sentado entre dos querubines”.

Lucas 1, 39-40: “En aquellos días se puso María en camino y con presteza fue a la montaña, a una ciudad de Judá, y entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel”.

Como leemos aquí, estos increíbles paralelos ocurrieron cuando David salió de la montaña de Judá para buscar el Arca (2 Samuel 6, 2), y cuando María, el Arca de la Nueva Alianza, fue a la montaña de Judá (Lucas 1, 39).


El Apocalipsis también indica que María es el Arca de la Nueva Alianza

Apocalipsis 11, 19; 12, 1: “Se abrió el templo de Dios, que está en el cielo, y se dejó ver el Arca del Testamento en su Templo, y hubo relámpagos, y voces, y rayos, y un temblor, y granizo fuerte. [12,1] Apareció en el cielo una señal grande, una mujer vestida de sol, con la luna debajo de sus pies, y sobre la cabeza una corona de doce estrellas”.

La Biblia no fue escrita indicando capítulos o versículos. No fue sino hasta el siglo XII que la Biblia fue dividida en capítulos y versículos. Por lo tanto, el autor del Apocalipsis, el Apóstol San Juan, escribió lo que comienza en el capítulo 12 continua e inmediatamente después que termina el capítulo 11. Y en el final del capítulo 11, leemos que el Arca del testamento/alianza de Jesús fue vista en el cielo. El siguiente versículo es Apocalipsis 12, 1. Por lo tanto, las palabras que terminan el capítulo 11 son seguidas inmediatamente de las palabras con que comienza el capítulo 12, sin ninguna división.


Esto significa que la aparición del Arca de la alianza de Jesús justo al final del capítulo 11 – “se dejó ver el Arca del Testamento de su Templo” (Apoc. 11, 19) – se explica inmediatamente por la visión de “la mujer” vestida de sol, con que comienza el capítulo 12, justo el versículo siguiente (Apoc. 12, 1). Esto indica que “la mujer” vestida de sol, que llevaba a la Persona Divina en su seno (la Virgen María), es el Arca del Nuevo Testamento.


El Arca contenía el maná del desierto María contenía el maná del cielo (Jesús)

Hebreos 9, 4: “… el arca de la alianza, cubierta toda ella de oro, y en ella un vaso de oro que contenía el maná, la vara de Arón, que había reverdecido, y las tablas de la alianza”.

Juan 6, 48-51: “Yo soy el pan de vida. Vuestros padres comieron el maná en el desierto y murieron. Yo soy el pan vivo bajado del cielo… y el pan que yo le daré es mi carne para la vida del mundo”.

No cabe duda que el maná del desierto (Éxodo 16) prefigura a Jesús como el pan de vida. Jesús hace una conexión entre los dos en Juan capítulo 6. Él hace referencia al maná del desierto, y luego dice que su carne es el verdadero maná. Bien, el maná del desierto fue colocado dentro del Arca de la Antigua Alianza. Ello prefigura a Jesucristo mismo (el verdadero maná del Nuevo Testamento) que estuvo contenido en el seno de María, la madre de Jesús.


En Hebreos 9, 4, también leemos que la vara de Aarón fue colocada dentro del Arca de la Antigua Alianza. En Números 17 leemos que esta vara floreció para confirmar al verdadero sumo sacerdote. La vara de Aarón entonces significa el verdadero sumo sacerdote. En el Nuevo Testamento, Jesús es descrito como el verdadero sumo sacerdote [también llamado pontífice].


Hebreos 3, 1: “Vosotros, pues, hermanos santos, que participáis de la vocación celeste, considerad al Apóstol y Sumo Sacerdote de nuestra confesión, Jesús”.


Véase también Hebreos 6, 20, Hebreos 9, 11, y otros pasajes que también prueban que Jesús es el verdadero sumo sacerdote. La conclusión ineludible es que la vara de Aarón que fue colocada dentro del Arca prefiguraba a Jesucristo, el verdadero sumo sacerdote, quien estuvo contenido en el vientre de María (el Arca de la Nueva Alianza).


No hay absolutamente ninguna duda de que el Nuevo Testamento indica que María es el Arca de la Nueva Alianza. Esta evidencia es innegable.


PUESTO QUE MARÍA ES EL ARCA DE LA NUEVA ALIANZA, ELLO SIGNIFICA QUE ELLA LO MÁS SAGRADO EN LA TIERRA FUERA DE JESUCRISTO


El Arca de la Alianza era la cosa más sagrada en la tierra después de la presencia de Dios mismo. El Arca fue depositada en el tabernáculo, en el santo de los santos. La presencia del Arca es lo que hizo que fuera tan sagrado el santo de los santos.


2 Paralipómenos (o Crónicas) 35, 3: “Colocada el arca santa en la casa que edificó Salomón, hijo de David, rey de Israel”.


El Arca era tan santa que cuando el pueblo de Dios la seguía, ellos tenían que mantener una distancia respetuosa.


Josué 3, 3-5: “Y dieron al pueblo esta orden: Cuando veáis el Arca de la Alianza del Señor, vuestro Dios, llevada por los sacerdotes, hijos de Leví, partiréis de este lugar donde estáis acampados y os pondréis en marcha tras ella, pero dejando entre vosotros y ella una distancia de dos mil codos, sin acercaros a ella, para que podáis ver el camino que habéis de seguir, pues no habéis pasado nunca por él”.


Las personas que ilegalmente tocaban el Arca eran castigadas con la muerte.


2 Samuel 6, 6-7: “Cuando llegaron a la era de Nacón, tendió Oza la mano hacia el arca de Dios y la agarró, porque los bueyes recalcitraban. Encendióse de pronto la cólera de Dios, y cayó allí muerto, junto al arca de Dios.


Los hombres de Bet-semes fueron muertos porque se habían atrevido a mirar dentro del arca.


1 Samuel 6, 19: “Los hijos de Jeconías no se alegraron con las gentes de Bet-semes al ver dentro del arca de Dios, e hirió éste de entre ellos a setenta hombres. El pueblo hizo gran duelo por haberlos herido Dios con tan gran plaga”.


Vemos cuán sagrado consideraba Dios aquello que había de entrar en contacto cercano con su presencia espiritual.


DADO QUE MARÍA ES LA NUEVA ARCA, ELLA TUVO QUE SER SANTA Y CREADA SIN PECADO


Dios dio las más específicas indicaciones para la construcción del Arca. Él ordenó que fuera hecha del oro más puro.


Éxodo 25, 10-13; 24: “Harás el arca de madera de acacia, dos codos y medio de largo, codo y medio de ancho y codo y medio de alto. La cubrirás de oro puro, por dentro y por fuera, y en torno de ella pondrás una corona de oro. Fundirás para ella cuatro anillos de oro, que pondrás en los cuatro ángulos, dos de un lado, dos del otro. Harás unas barras de madera de acacia y las cubrirás de oro… la revestirás de oro puro, y harás de ella una corona de oro todo en derredor”.


Es interesante que el Arca no sólo tenía que estar cubierta de oro en derredor, sino que hay una referencia específica a que tenga en torno de ella pondrás una corona de oro”.


El Arca de la Antigua alianza tenía una corona de oro La Virgen María (la Nueva Arca) también tenía una corona

Éxodo 25, 11: “La cubrirás de oro puro… pondrás en torno de ella una corona de oro”.

Apocalipsis 12, 1: “Apareció en el cielo una señal grande, una mujer envuelta en el sol, con la luna debajo de sus pies, y sobre la cabeza una corona de doce estrellas”.

El Arca de la Antigua Alianza tenía que ser perfecta y santa porque era el único lugar donde se asentaba la presencia espiritual de Dios. La santidad de Dios no puede ser empañada por el contacto con algo que contenga defectos. Del mismo modo, la Virgen María, como la Nueva Arca y portadora de Jesucristo, tuvo que ser creada sin pecado y en estado de perfección.


Ella no sólo contuvo la presencia espiritual de Dios, sino al mismo Dios Jesucristo. Ella no sólo contuvo la palabra escrita de Dios, sino el Verbo de Dios hecho carne (Juan 1, 1). Por consiguiente, María debe ser perfecta. Ella debe estar libre de todo pecado. Ella debe ser siempre virgen y jamás tocada por el hombre.


Si el Arca de la Antigua Alianza, que contenía las tablas de la Ley escrita, estaba envuelta por la presencia espiritual de Dios, recubierta por el oro más puro y fue construida según las más precisas especificaciones de Dios, ¿cuán superior debió ser la creación de María, el Arca de la Nueva Alianza? Como sabemos, la figura (anti-tipo) es siempre superior a la prefigura (tipo). María, el Arca de la Nueva Alianza, por tanto, debe ser y es muy superior que el Arca de la Antigua Alianza.


Al igual que el Arca de la Antigua Alianza, María también debe tener un tremendo poder sobre el Diablo y los enemigos de Dios. Ella debe tener un poder de intercesión para con Dios único, en atraer sus bendiciones y en ayudar al pueblo de Dios, al igual como lo fue el Arca de la Antigua Alianza.


AL IGUAL QUE EL ARCA DE LA ANTIGUA ALIANZA, MARÍA TIENE UN PODER DE INTERCESIÓN ÚNICO; ELLA TIENE UN IMPRESIONANTE PODER SOBRE LOS ENEMIGOS DE DIOS, SOBRE EL DIABLO Y EN ASISTIR AL PUEBLO DE DIOS


El Arca de la Antigua Alianza tenía un poder impresionante. Cuando fue capturada por los filisteos, les sucedieron cosas extraordinarias a ellos como a su falso dios, Dagón.


1 Samuel 5, 1-5: “Capturaron, pues, los filisteos el arca de Dios y la llevaron de Eben-Ezer a Azoto, y la metieron en el templo de Dagón y la pusieron junto a Dagón. Al día siguiente, levantándose de mañana, vieron los filisteos a Dagón tendido en tierra y con la cara contra ella, delante del arca del Señor. Le recogieron y volvieron a ponerle en su sitio; pero al otro día, cuando se levantaron, encontraron a Dagón tendido en tierra boca abajo y cortadas la cabeza y las manos, que yacían en el umbral, sin quedar de Dagón más que el tronco. Por esto los sacerdotes de Dagón y cuantos entran en el templo de Dagón en Azoto no pisan todavía el umbral del templo”.


Los filisteos comenzaron a ser destruidos por haber capturado el Arca. Esto los llevó a devolver el Arca a sus enemigos, los israelitas.


1 Samuel, 5, 7: “Viendo los de Azoto lo que pasaba, dijeron: ‘Que no quede entre nosotros el arca del Dios de Israel, porque su mano pesa mucho sobre nosotros y sobre Dagón, nuestro dios’”.


El Arca infundía un terror mortal a los enemigos de Dios.


1 Samuel, 5, 10: “Entonces mandaron el arca de Dios a Acarón. Pero cuando entró el arca de Dios en Acarón, los acaronitas se pusieron a gritar: ‘Han traído el arca del Dios de Israel para que nos mate a todos, a nosotros y a nuestro pueblo’”.


Las aguas del Jordán se secaron milagrosamente por el Arca.


Josué 3, 13-14: “[Y el Señor dijo a Josué]: ‘Y cuando los sacerdotes que llevan el arca de la alianza del dueño de toda la tierra ponga la planta de sus pies en las aguas del Jordán, las aguas del Jordán se partirán, y las que bajan de arriba se pararán en montón’. Cuando hubo salido el pueblo de sus tiendas para pasar el Jordán, precedido por los sacerdotes que llevaban el arca de la alianza…”.


María, la Nueva Arca, tiene este poder y más aún; porque la figura es superior a la prefigura, y el Nuevo Testamento es superior al Antiguo. Ahora cubriremos más evidencia bíblica para la enseñanza católica acerca de la Virgen María.


LA TIERRA DE LA QUE FUE CREADO ADÁN ES UN TIPO DE MARÍA Y SU PRESERVACIÓN DEL PECADO (SU CONCEPCIÓN INMACULADA)


Hemos verificado que Jesucristo es el nuevo Adán. Adán fue formado de la tierra o arcilla.


Génesis, 2, 7: “Modeló el Señor Dios al hombre de la tierra [adamah] y le inspiró un el rostro aliento de vida, y fue así el hombre animado”.


La palabra hebrea para “tierra” es Adamah. Es un nombre femenino. Adán se llamó así porque él vino de la Adamah, su nombre significa hijo de la tierra, el hijo de la Adamah (este punto está tomado de Gerry Matatics, Biblical Foundations International, Dunmore, Pennsylvania).


Nos podríamos extender más sobre este punto, pero está claro que, en cierto nivel, la tierra de la cual fue creado Adán es un tipo de María. El primer Adán fue creado por Dios de la tierra, y el segundo Adán (Jesucristo), tomó carne de María, su madre. Entonces, la pregunta es, ¿cuál era el estado de la tierra cuando fue creada?


Génesis 1, 31: Y vio Dios ser muy bueno cuanto había hecho, y hubo tarde y mañana, día sexto”.


La tierra de la cual fue formado el primer Adán – y de hecho, la totalidad de la creación de Dios antes de la caída – estaba completamente libre de maldición, pura y perfecta. El pecado y la maldición no tenían lugar en ella.


María, quien dio a luz al segundo y mayor Adán (Jesucristo), también estuvo completamente libre maldición, fue pura y perfecta. Ella tuvo que ser preservada de toda mancha de pecado y de la maldición del pecado original. Eso es lo que se llama la Inmaculada Concepción.


SÓLO MARÍA Y SU IMPECABILIDAD REALIZAN COMPLETAMENTE LO QUE FUE PREDIJO EN GÉNESIS 3, 15: “PONDRÉ ENEMISTAD ENTRE TI [LA SERPIENTE] Y LA MUJER…”


Poco después de la caída de Adán y Eva, Dios hizo esta profecía:


Génesis 3, 14-15: “Dijo luego el Señor Dios a la serpiente: ‘Por haber hecho esto, maldita serás entre todos los ganados y entre todas las bestias del campo. Te arrastrarás sobre tu pecho y comerás el polvo todo el tiempo de tu vida. Pondré perpetua enemistad entre ti y la mujer, y entre tu linaje y el suyo; Ella te aplastará la cabeza, y tú le acecharás el calcañal”[1].


Dios dice que habrá enemistad – hostilidad, división, oposición – entre el diablo y “la mujer”. En el mismo contexto, leemos del linaje de la mujer, y la victoria que se concederá por medio de la mujer y su linaje/descendencia. En la Biblia, los hijos de un hombre y sus descendientes se llaman linaje. El linaje de la mujer, por lo tanto, es algo único. Se refiere a un hijo que es producido por una sola mujer. Esto, obviamente, se refiere a la concepción virginal y al nacimiento del seno de la Santísima Virgen María, la madre de Jesús. El “linaje” de la mujer se refiere a Jesucristo.


Por lo tanto, la mujer identificada aquí que tiene una oposición o enemistad con la serpiente es claramente María, la madre de Jesucristo. La mujer no es Eva, quien dio oídos a la serpiente. Se trata de María.


Dios dice que pondrá enemistad u oposición entre la serpiente y la mujer. Como resultado, María debe ser completamente preservada del pecado. Porque cuando alguien peca, ese alguien no se opone al diablo, sino que se da al diablo. La única manera que la mujer pueda tener oposición completa y definitiva con la serpiente es por la preservación del pecado y del pecado de Adán.


El hecho de que María es esta “mujer”, y por lo tanto, completamente libre de la dominación del pecado y del diablo, es la razón de por qué Jesús llama a María “mujer” en el Nuevo Testamento. Jesús nunca llamó a su madre más que “mujer”. Muchos no católicos creen que esta era una manera de Jesús menospreciar a su madre restándole importancia a su rol; todo lo contrario, Jesús estaba identificando a María como siendo la “mujer” de Génesis 3, 15.


Génesis 3, 15: “Pondré perpetua enemistad entre ti y la mujer, y entre tu linaje y el suyo; Ella te aplastará la cabeza, y tú le acecharás el calcañal”.


Juan 2, 3-5: “No tenían vino, porque el vino de la boda se había acabado. En esto dijo la madre de Jesús a éste: No tienen vino. Y Jesús le dijo: Mujer, ¿qué nos va a mí y a ti? No es aún llegada mi hora. Dijo la madre a los servidores: haced lo que Él os diga”.


Una lectura superficial de este pasaje de Juan deja a muchos la impresión de que Jesús está reprendiendo a su madre en las bodas de Caná. Sin embargo, aquí se revela el poder de intercesión de María con Jesús. Jesús dice que su hora aún no ha llegado; en otras palabras, aún no era el momento para que Él revelara sus poderes milagrosos. Su propósito era esperar más tiempo. No obstante, ante la insistencia de su madre, que tuvo compasión con la pareja de recién casados, Jesús realizó el milagro. Él realizó su primer milagro a instancias de su madre, a pesar de que su hora “aún no había llegado”. Este es un excelente ejemplo de cómo se obtienen las gracias de Jesús por la intercesión de María, gracias que Él, no estaría dispuesto a dar si no fuera por el pedido de su Madre.


Muchos no católicos también objetan que si María es tan crucial, ¿por qué Jesús permitió que los evangelistas quizás dieran la impresión que Él estaba menospreciando el rol de su madre? Ellos sostienen que ciertos versículos dan esa impresión, o al menos no hacen mucho para disipar esa idea. La respuesta es que Dios no arroja perlas a los cerdos (Mateo 7, 6). A menudo, Él oculta ligeramente sus verdades, o las pone apenas debajo de la superficie, de manera que los esfuerzos superficiales o insinceros de las personas pasen por encima de ellos o se queden con una impresión errada. Sin embargo, aquellos que son más pacientes y profundizan más – o simplemente confían en la Iglesia que Jesús estableció – encuentran la joya y el verdadero significado.


Lucas, 8, 8-10: “El que tenga oídos para oír que oiga. Sus discípulos le preguntaron qué significada aquella parábola, y Él contestó: A vosotros ha sido dado conocer los misterios del reino de Dios; a los demás, sólo en parábolas, de manera que viendo no vean y oyendo no entiendan”.


Esto es muy cierto en el caso de las enseñanzas de la Biblia acerca del profundo rol de María. Las lecturas superficiales y los esfuerzos insinceros mantienen a la gente sin poder ver aquello. Pero está allí en la Escritura. Como ya vimos, María es la nueva Eva y la mujer del Génesis 3, 15. Ella es también el Arca de la Nueva Alianza, y mucho más, como veremos. Todo está allí en la tipología bíblica y en muchos pasajes entendidos más profundamente; pero muchos siguen siendo ajenos a ello. Viendo no ven, y oyendo no entienden. Al no confiar en la única Iglesia que estableció Cristo, ellos lamentablemente han adquirido sólo un entendimiento superficial y erróneo acerca de lo que enseña la Biblia.


Juan 19, 26-27: “Jesús, viendo a su madre y al discípulo a quien amaba, que estaba allí, dijo a la madre: Mujer, he ahí a tu hijo. Luego dijo al discípulo: He ahí a tu madre. Y desde aquella hora el discípulo [Juan] la recibió en su casa”.


Aunque había otras mujeres al pie de la cruz, Jesús escoge a su madre. Jesús, nuevamente la llama “mujer”, porque ella es la mujer del Génesis 3, 15: la única en completa oposición a la serpiente. Jesús también indica a San Juan para que tome a su madre como suya.


EL ALMA DE MARÍA GLORIFICA EL SEÑOR, Y EL TODOPODEROSO HIZO GRANDES COSAS PARA ELLA


En Lucas 1, vislumbramos los privilegios únicos que Dios ha concedido a María.


Lucas 1, 46-50: “Dijo María: Mi alma engrandece al Señor y exulta de júbilo mi espíritu en Dios, mi Salvador, porque ha mirado la humildad de su sierva; por eso todas las generaciones me llamarán bienaventurada, porque ha hecho en mí maravillas el Poderoso, cuyo nombre es Santo. Su misericordia se derrama de generación en generación sobre los que le temen".


La Biblia dice que el alma de María engrandece al Señor; no lo disminuye. María no va en detrimento de Jesús, sino que lleva a la gente a Jesús. El Arca de la Antigua Alianza significaba el poder y la presencia de Dios. Cuando se estaba en su presencia, les inspiraba devoción, confianza y amor al Todopoderoso. De manera similar, pero mayor, María, la nueva Arca, nos dirige y centra poderosamente en torno de Jesucristo. Todo lo que es y tiene María viene de ser la madre de Jesucristo. Él hizo grandes cosas a ella preservándola del pecado.


También hay que hacer una mención especial de Lucas 1, 48, en que María profetiza que “todas las generaciones la llamarán bienaventurada”. Esta es una profecía acerca de la oración católica del Avemaría. Durante generaciones lo católicos han rezado: “Dios te salve María, llena eres de gracia. El Señor es contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén”.

por Hno. Pedro Dimond