La Virgen Maria: documental: ( Parte II )


LA BIBLIA DICE QUE MARÍA ESTÁ “LLENA DE GRACIA”, LO QUE SIGNIFICA QUE ELLA NO TIENE PECADO


Lucas 1, 27-31: “… y el nombre de la virgen era María. Y presentándose el ángel a ella, le dijo: Salve, llena de gracia, el Señor es contigo. Ella se turbó al oír estas palabras y discurría qué podría significar aquella salutación. El ángel le dijo: No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios, y concebirás en tu seno y darás a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús”.


Las biblias protestantes modernas no traducen Lucas 1, 28 como: “Salve, llena de gracia”. Dicen: “Alégrate, hija muy favorecida”, o algo similar. Las traducciones protestantes están erradas. Hay varias formas de demostrar que están equivocados. La palabra en el original griego es kecharitomene. Esta palabra se relaciona directamente con la idea de “gracia”. Los eruditos griegos señalan que kecharitomene proviene de la raíz de la palabra charis, que tiene un significado literal de “gracia”. De las 150 apariciones de la palabra, la biblia protestante King James traduce charis como “gracia” 129 veces.


Es muy importante también tener en cuenta que las primeras traducciones protestantes tenían a Lucas 1, 28 como “llena de gracia” o su equivalente. El famoso protestante William Tyndale (1494-1536) es considerado como un héroe entre los protestantes. Su versión de la Biblia fue traducida al inglés moderno primitivo por cerca de 1525. Tyndale traduce Lucas 1, 28 como: “Salve, llena de gracia, el Señor es contigo. Bendita eres entre todas las mujeres” (http://wesley.nnu.edu/biblical_studies/tyndale/). El inglés protestante Thomas Cranmer (1489-1556) también traduce el pasaje como “llena de gracia”.


San Jerónimo (347-420 d.C.) fue el estudioso bíblico de la Iglesia primitiva. Incluso las traducciones protestantes de la biblia protestante King James de 1611, llaman a San Jerónimo “el padre más sabio, y el mejor lingüista exento de controversia en su época y cualquier otra posterior a él” (del prefacio de los traductores de la Biblia King James de 1611). San Jerónimo traduce “kecharitomene”como “gratiae plena”, que significa “llena de gracia que has recibido” en la vulgata latina. “Gracia” también fue aceptada como la traducción correcta en el Nuevo Testamento de Rheims en 1582.


El Palabras de Imágenes del Nuevo Testamento del famoso erudito en griego, el protestante A.T. Robertson, dice de Lucas 1, 28, lo siguiente:


“Muy favorecida (kecaritwmenh). Participio pasivo perfecto de caritow y significa dotado con gracia (cariβ), enriquecida con la gracia, como en Efesios 1, 6: … la Vulgata gratia plena “es correcto, si significa ‘llena de gracia que has recibido’, incorrecto, si significa ‘llena de gracia que has de dar (Robertson, Word Pictures of the New Testament, Lucas 1, 28).


Si María es “llena de gracia”, eso sugiere fuertemente que ella está libre de pecado. Porque la gracia está en oposición al pecado. El ángel no dice que María se llenará de gracia, sino que él se ha presentado ante María ya en ese estado. Ella fue concebida en ese estado. Por otra parte, María es declarada como “bendita entre las mujeres” porque su posición es única.


MARÍA FUE PERPETUAMENTE VIRGEN


Hemos visto que María es la nueva Eva y el Arca de la Nueva Alianza. Ahora veremos la evidencia bíblica de la perpetua virginidad de María. La mayoría de los protestantes de nuestros días rechazan la virginidad perpetua de María; ellos creen que contradice la Biblia. Muchos de ellos se sorprenderán que los primeros protestantes, incluyendo a Martín Lutero, Juan Calvino, Ulrico Zwinglio y otros creían en la virginidad perpetua de María. La idea de que María dejó de ser Virgen y tuvo otros hijos además de Jesús fue inventada muchas generaciones después de los orígenes de la “reforma” protestante. Por lo tanto, la posición protestante acerca de este asunto no sólo contradice la antigua tradición católica y la Biblia (como veremos), sino a su propia “tradición” protestante.


MATEO 1, 25 NO DESMIENTE LA PERPETUA VIRGINIDAD DE MARÍA


Lo primero que los protestantes suelen citar en contra de la virginidad perpetua de María es Mateo 1, 25.


Mateo 1, 24-25: “Al despertar José de su sueño hizo como el ángel del Señor le había mandado, recibiendo en casa a su esposa, la cual, sin que él antes la conociese, dio a luz un hijo, y le puso por nombre Jesús”.


Algunas Biblias traducen “pero no la conoció hasta que dio a luz un hijo”. Según los protestantes, esto demuestra que María dejó de ser Virgen después del nacimiento de Jesús. Esto es incorrecto. La palabra griega que significa “hasta” (heos) no implica que José tuvo relaciones conyugales con María después del nacimiento de Jesucristo. Simplemente significa que no tuvieron relaciones hasta ese momento, sin decir nada de lo que pasó después del nacimiento. Esto se demuestra a continuación por muchos pasajes. También hay que tener en cuenta que la Biblia fue escrita hace miles de años. Fue escrita en un tiempo y en un lenguaje que no expresan e implican las mismas cosas que en el lenguaje moderno.


Por ejemplo, en 2 Samuel 6, 23, leemos que Dios maldijo a Micol, la esposa de David. Él la maldijo porque se burló de David por la forma en que él se regocijó ante el Arca de la Alianza. Como resultado, Micol no tuvo hijos “hasta” el día de su muerte.


2 Samuel 6, 23: “Y ya Micol, hija de Saúl, no tuvo hijos hasta el día de su muerte”.


¿Significa esto que Micol comenzó a tener hijos después de su muerte? Obviamente que no. Este versículo demuestra que cuando la Escritura describe algo como verdadero “hasta” o “antes” de un cierto momento, no significa necesariamente que dejó de ser cierto después de ese momento. Aquí hay muchos otros ejemplos de esto:


Hebreos 1, 13: “¿Y a cuál de los ángeles dijo alguna vez: Siéntate a mi diestra mientras pongo a tus enemigos por escabel de tus pies”.


Otras traducciones dicen: “Siéntate a mi diestra hastaque ponga a tus enemigos por escabel a tus pies”. Aquí se refiere al Hijo de Dios. ¿Esto significa acaso que el Hijo de Dios dejará de sentarse a la diestra del Padre después que los enemigos de Dios son puestos por escabel de sus pies? Obviamente que no. Él permanecerá siempre a la diestra de Dios Padre.


1 Timoteo 4, 13: Mientras llego, aplícate a la lección, a la exhortación y a la enseñanza”.


Otras traducciones dicen: Hasta que yo llegue, aplícate etc.”. ¿Acaso esto significa que debemos abandonar la doctrina y la enseñanza después que él venga? Obviamente que no.


Hechos 23, 1: “Pablo, puestos los ojos ante el sanedrín, dijo: Hermanos, siempre hasta hoy me he conducido delante de Dios con toda rectitud de conciencia”.


¿Esto significa necesariamente que Pablo dejó de tener rectitud de conciencia después de ese día? Obviamente que no.


La preposición “antes” se puede usar de la misma manera.


Juan 4, 49: “Le dijo el cortesano: Señor, baja antes que mi hijo muera”.


Aquí vemos que la palabra “antes” se puede utilizar de una manera similar a la palabra “hasta”. Este niño no murió; Jesús lo sanó (Juan 4, 50). Por lo tanto, la declaración de Mateo 1, 18 que citamos a continuación, que dice que María estuvo en cinta “antes” que ella y José se unieran, no significa que se unieron después que dejó de estar en cinta. Simplemente significa que ella estuvo embarazada sin ningún tipo de contacto sexual.


Mateo 1, 18: “La concepción de Jesucristo fue así: Estando desposada María, su madre, con José, antes de que conviviesen, se halló haber concebido María del Espíritu Santo”.


Lo cierto es que Mateo 1, 25 y Mateo 1, 18 no desmienten de ninguna manera la perpetua virginidad de María. Los protestantes no pueden alegar legítimamente que estos pasajes constituyen una prueba de que María dejó de ser virgen. Estos pasajes tampoco prueban la perpetua virginidad de María. Su perpetua virginidad se prueba en otras cosas de la Biblia.


¿QUÉ DECIR SOBRE EL HIJO “PRIMOGÉNITO”, NO IMPLICA QUE HUBO OTROS HIJOS?


Lucas 2, 7: “Y dio a luz a su hijo primogénito, y le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, por no haber sitio para ellos en el mesón”.


Mateo 1, 25: “Sin que él antes la conociese, dio a luz un hijo [“primogénito” agregan otras versiones], y le puso por nombre Jesús”.
El “hijo primogénito” es un título jurídico otorgado a un hijo primogénito en una familia judía: en otras palabras, se le da a un hijo varón que también es el primer hijo.


Dios ordenó específicamente a los israelitas que santificaran (es decir, que reservaran) a sus hijos primogénitos para una especial consagración y al servicio de Dios. El título “hijo primogénito” ostenta una importancia adicional porque ese niño tiene derecho a una doble porción de la herencia (Deuteronomio 21, 17). Este título de “hijo primogénito” era dado a los niños independientemente de si la mujer tuviera otros hijos después de él. A modo de ejemplo: “podemos ver esto en la inscripción griega de una tumba en Tel el Yaoudieh (cf. “Bíblica” 11, 1930 369-90) para una madre que murió en el parto: ‘En el dolor del parto de mi hijo primogénito, el destino me llevó al fin de la vida’” (Citado en “Brothers and Sisters of Jesus”, de William Most).


En Éxodo 13 y 34, leemos acerca de la prescripción de Dios de que el “primogénito” le sea consagrado a Él. Había una ceremonia para la “santificación del primogénito” (Éxodo 13 y 34, 20). No se posponía la ceremonia para el “hijo primogénito” hasta que la mujer tuviera un segundo hijo.


Éxodo 13, 2 y 12: “Conságrame todo primogénito; las primicias del seno materno entre los hijos de Israel, tanto de los hombres cuanto de los animales, mías son… Consagrarás a Dios todo cuanto abre la vulva; y de todo primer parto de los animales que tengas, el macho lo consagrarás a Dios”.


Por lo tanto, que los Evangelios digan que Jesús fue el primogénito de María (Lucas 2, 7) no contradice en absoluto la virginidad perpetua de María. Simplemente significa que Él fue su primer hijo varón. No dice nada si llegaron otros hijos más tarde.


¿QUÉ DECIR SOBRE LOS “HERMANOS” DE JESÚS?


Los no católicos a menudo suelen presentar los pasajes que mencionan los “hermanos y hermanas” de Jesús. En primer lugar, se debe mencionar que ninguna sola vez se describe a estos “hermanos” como hijos de María, la madre de Jesús.


Marcos 6, 3: “¿No es acaso el carpintero, hijo de María, y el hermano de Santiago, de José, y de Judas y de Simón? ¿Y sus hermanas no viven aquí entre nosotros?; y se escandalizaban de Él”.


Mateo 13, 55: “¿No es este el hijo del carpintero? ¿Su madre no se llama María, y sus hermanos Santiago, y José, Simón y Judas?”.


En el original griego las palabras utilizadas son adelphoi (“hermanos”) y adelphe (“hermanas”). Las palabras adelphoi y adelphe se pueden referir a hermanos reales. Sin embargo, la Biblia también usa estas palabras para describir a personas que no son hermanos, sino primos o parientes o vecinos cercanos.


LA BIBLIA DICE QUE ABRAHAM ERA EL HERMANO DE LOT, PERO NO LO ERA PROPIAMENTE


Lot era sobrino de Abraham. Abraham era su tío (Génesis 11, 31 y 14, 12). Sin embargo, la Biblia describe dos veces a Lot como “hermano” de Abraham. La razón es porque la palabra “hermano” no significa necesariamente un hermano. Como se mencionó anteriormente, puede significar un sobrino o un pariente o un hermanastro o un amigo cercano de la familia.


Génesis 14, 14: “Y como supo Abraham que había sido hecho cautivo su hermano…”.


Lot era el sobrino de Abraham La Biblia también dice que era su hermano

Gén. 11, 27: “Estas son las generaciones de Teraj: Teraj engendró a Abraham, Najor y Aram. Aram engendró a Lot”.


Gén. 12, 5: “Tomó, pues, Abraham a Sarai, su mujer, y a Lot, su sobrino…”.


Gén. 14, 12: “Capturaron a Lot, sobrino de Abraham, con su hacienda, y se fueron: él habitaba en Sodoma”.

Gén. 14, 14: “Y como supo Abraham que había sido hecho cautivo su hermano…”.

Gén. 14, 16: “Y recobró todo el botín y a Lot, su hermano…”.

Algunos protestantes intentan responder a esto argumentando que el Antiguo Testamento no fue escrito en griego, sino en hebreo. Por tanto, ellos dicen, el caso de Lot no prueba que adelphoi pueda referirse a una persona que no es propiamente un hermano. Esto se responde que si bien que el Antiguo Testamento fue originalmente escrito en hebreo, éste fue traducido acertadamente al griego por setenta eruditos unos cuantos siglos antes de la venida de Cristo. Esta acertada traducción se llama la septuaginta.


Esta traducción griega del Antiguo Testamento, la septuaginta, es citada alrededor de 300 veces por los escritores inspirados del Nuevo Testamento. Eso significa que los escritores del Nuevo Testamento aceptaban la septuaginta. En la septuaginta, la misma palabra griega adelphos se usa para describir a Lot como hermano de Abraham. Adelphos es el singular de adelphoi, la palabra usada en el Nuevo Testamento para los “hermanos” de Jesús. Por lo tanto, el Antiguo Testamento usa adelphos para describir a alguien que no es literalmente un hermano.


Pero el punto también se puede probar en el Nuevo Testamento. En Hechos 3, 17 y en Romanos 9, 3 vemos que adelphoi (hermanos) se usa para describir a las personas de la misma nacionalidad que no son hermanos. Tenga en consideración esos versículos para rematar el argumento de los protestantes al respecto.


Por otra parte, en Lucas 10, 29, y Mateo 5, 22, vemos que adelphos (“hermano”) se utiliza para referirse al vecino, no necesariamente al hermano.


PERO HAY UNA PALABRA GRIEGA PARA PRIMO, ANEPSIOS; SI LOS HERMANOS DE JESÚS ERAN PRIMOS EN LUGAR DE HERMANOS, ¿POR QUÉ NO SE UTILIZA ANEPSIOS?


La Iglesia católica enseña que María fue siempre virgen y no tuvo otros hijos. La Iglesia católica no enseña que todos los “hermanos” de Jesús eran necesariamente sus primos. Ellos podían haber sido por extensión parientes o amigos cercanos o personas consideradas partes de la familia por el matrimonio o la ley o la patria. Por ejemplo, en 2 Samuel 1, 26; el rey David llama a Jonathan su “hermano”. Jonathan y David no eran hermanos o primos. David se había casado con la hermana de Jonathan, Micol, la hija del rey Saúl. Por lo que David se casó en la familia.


El número de los “hermanos” de Jesús (adelphoi) mencionados en la Biblia parecen indicar que algunos de ellos ni siquiera eran parientes por extensión, sino que eran considerados parte de la familia de otra manera. Si al menos uno o algunos de ellos no eran primos, sino familiares por más extensión o vecinos o amigos cercanos de la familia, entonces se habría usado la palabra adelphoi. Por lo tanto, el hecho que no haya sido utilizada la palabra primo no prueba de manera alguna que María tuvo otros hijos.


LA EVIDENCIA DE MATEO 27, 56 MUESTRA QUE LOS “HERMANOS” DE JESÚS NO ERAN SUS HERMANOS


Mateo 13, 55: “¿No es este el hijo del carpintero? ¿Su madre no se llama María, y sus hermanos Santiago, y José, Simón y Judas?”.


Santiago y José son dos de los nombres que se dan como los “hermanos” de Jesús. Se puede demostrar, por los siguientes puntos, que eran hijos de otra mujer y no hermanos de Jesús. Por favor, lea con atención.


Había tres mujeres al pie de la cruz: 1) la Santísima Virgen María (la madre de Jesús), 2) María, la mujer de Cleofás (que se dice que es la hermana de la Santísima Virgen María), y 3) María Magdalena.


Juan 19, 25: “Estaban junto a la cruz de Jesús [1] su Madre y la hermana de su Madre, [2] María de Cleofás y [3] María Magdalena”.


María, la esposa de Cleofás, también es descrita como “la otra María”, en Mateo 28, 1. La Biblia nos dice que Santiago y José son los hijos de esta María:


Mateo 27, 56: “Entre ellas María Magdalena y María la madre de Santiago y José y la madre de los hijos de Zebedeo”.


Por lo tanto, Santiago y José (que son llamados “hermanos” de Jesús) no son sus hermanos, sino al menos sus primos. Sin embargo, probablemente ni siquiera son primos hermanos. Esto es porque María de Cleofás (la madre de Santiago y de José), que se dice que es la “hermana” de la madre de Jesús (Juan 19, 25), también se llamaba María. Es muy poco probable que a dos hermanas de una familia hebrea se les dé el mismo nombre. Lo más probable es que no eran hermanas, sino miembros del mismo clan, que son llamadas “hermanas” de la misma manera que Santiago, José, Simón y Judas eran llamados “hermanos” de Jesús. Todo esto demuestra que ninguna de las declaraciones de la Biblia de los hermanos y hermanas de Jesús refuta, de manera alguna, la virginidad perpetua de la Santísima Virgen María. Ahora examinemos la prueba de que María no tuvo otros hijos y que ella fue perpetuamente virgen.


JUAN 19, 26 PRUEBA QUE MARÍA NO TUVO HIJOS ADEMÁS DE JESÚS


Al morir en la cruz, Jesús le confía el cuidado de su madre al Apóstol San Juan.


Juan 19, 26-27: “Jesús, viendo a su madre y al discípulo a quien amaba, que estaba allí, dijo a la madre: Mujer, he ahí a tu hijo. Luego dijo al discípulo: He ahí a tu madre. Y desde aquella hora el discípulo [Juan] la recibió en su casa”.


Los estudiosos señalan que se trataba de un encargo de custodia formal (Gerry Matatics, op. cit.). Jesús confió a su madre a San Juan para que él se hiciera cargo de ella. Si María hubiera tenido otros hijos, como los protestantes sostienen, Jesús no le habría dicho a San Juan a que tomara a María como su madre. Ella habría sido puesta al cuidado de uno de sus muchos “hermanos”. El hecho que Jesús haya confiado a María a San Juan, demuestra que no tenía otros hijos.


Los protestantes tratan de responder a esto argumentando que los “hermanos” de Jesús no eran creyentes, y que por eso Jesús la confió a San Juan. Sin embargo, esto se refuta por Hechos 1, 14. Ahí se indica que los “hermanos” de Jesús eran creyentes. Jesús ciertamente sabía que lo eran o se convertirían en creyentes y, por lo tanto, Él no la habría confiado a San Juan si ellos fueran sus hermanos.


También es muy significativo que cuando fue encontrado Jesús en el templo a los 12 años de edad, no hay indicación alguna de que María y José tuvieron otros hijos (Lucas 2, 41-51). Eso indica que Él era hijo único. Él también es señalado como “el hijo de María” (Marcos 6, 3), no como un hijo de María. Ni una sola vez se dice que María tuvo otros hijos.


LA RESPUESTA DE MARÍA AL ÁNGEL EN LUCAS 1 INDICA QUE ELLA HABÍA HECHO VOTO DE VIRGINIDAD PERPETUA


Lucas 1, 30-34: “El ángel le dijo: No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios, y concebirás en tu seno y darás a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. Él será grande y llamado Hijo del Altísimo, y le dará el Señor Dios el trono de David, su padre, y reinará en la casa de Jacob por los siglos, y su reino no tendrá fin. Dijo María al ángel: ¿Cómo podrá ser esto, pues yo no conozco varón?


El ángel se aparece a María y le dice que ella concebirá y dará a luz un hijo. María responde diciendo: “¿Cómo podrá ser esto, pues yo no conozco varón?”. El significado real es: ¿cómo podrá ser esto, puesto que soy virgen? María comprendía cómo eran concebidos los hijos. Su respuesta sólo tiene sentido si ella hubiera hecho voto de virginidad de por vida. Ella se preguntaba cómo podría concebir si era virgen.


También hay que señalar que el matrimonio de María con San José, no es contradictorio con el hecho de que ella hubiera hecho voto de virginidad. El comportamiento moral en esa época dictaba que las mujeres hacían voto virginidad tuvieran un protector de sexo masculino que la guardara y respetara el voto. Ese fue el papel de San José.


ES INIMAGINABLE QUE EL ARCA DE LA NUEVA ALIANZA TUVIESE CONTACTO SEXUAL


Ya hemos visto que la Biblia enseña claramente que María es el Arca de la Nueva Alianza. Al ser la criatura más sagrada en la Tierra y el vaso del Altísimo, es totalmente incongruente – completamente en desacuerdo con la dignidad y el rol del Arca – pensar que ella hubiese tenido algún contacto sexual. Para preparar al pueblo para la venida de Dios en el monte Sinaí, Moisés dijo:


Éxodo 19, 14-15: “Bajó de la montaña Moisés a donde estaba el pueblo, y le santificó, y ellos levaron sus vestidos. Después dijo al pueblo: Aprestaos durante tres días y nadie toque mujer”.


Cuando David estaba de viaje y necesitó pan del sacerdote, leemos:


1 Samuel 21, 5: “El sacerdote respondió a David: No tengo a mano pan del ordinario; pero hay pan santo, siempre que tus mozos se hayan abstenido de trato con mujeres”.


El Arca fue creada por la más sublime y sagrada razón, y nunca habría de tener contacto sexual. Oza fue herido de muerte por el mero hecho de tocar el Arca cuando no debería haberlo hecho (2 Samuel 6, 6-8).


EZEQUIEL 44 Y LA PROFECÍA SOBRE LA PUERTA CERRADA ES UNA PROFECÍA ACERCA DE LA PERPETUA VIRGINIDAD DE MARÍA


Ezequiel 44, 2: “Y me dijo el Señor: Esta puerta ha de estar cerrada; no se abrirá ni entrará por ella hombre alguno, porque ha entrado por ella el Señor, Dios de Israel; por tanto, ha de quedar cerrada”.


Aquí vemos que el Señor pasará a través de esta puerta, y ningún otro hombre pasará por ella. Esta es una profecía acerca de la virginidad perpetua de María. Ella es la puerta cerrada, a través de la cual vendrá el Señor. Esa es una razón por la cual María ha sido llamada “la Puerta del Cielo” en los escritos tradicionales católicos.


LA PERPETUA VIRGINIDAD DE MARÍA ERA FIRMEMENTE CREÍDA EN LA ANTIGUA IGLESIA CRISTIANA


Segundo Concilio de Constantinopla, 553 d.C., canon 6: “Si alguno llama a la santa gloriosa siempre Virgen María madre de Dios, en sentido figurado y no en sentido propio… sea anatema”.


Algunos protestantes y la mayoría de los miembros de la Iglesia “ortodoxa” reclaman honrar el Segundo Concilio de Constantinopla. Este fue el quinto concilio ecuménico. Como vemos aquí, es evidente que se enseña la virginidad perpetua de María.


Papa San Martín I, Concilio de Letrán, 649 d.C., can. 3: “Si alguno no confiesa, de acuerdo con los Santos Padres, propiamente y según verdad por madre de Dios a la santa y siempre Virgen María, como quiera que concibió en los últimos tiempos sin semen por obra del Espíritu Santo al mismo Dios Verbo propia y verdaderamente, que antes de todos los siglos nació de Dios Padre, e incorruptiblemente le engendró, permaneciendo ella, aun después del parto, en virginidad indisoluble, sea condenado” (Denzinger 256).


La antigua Iglesia cristiana creía que María fue perpetuamente virgen. En el siglo IV, San Jerónimo, el padre de los estudios bíblicos y quien tradujo la Biblia al latín, defendió esta verdad contra Helveticus, un hereje que la negó. Como ya se mencionó, incluso los primeros protestantes, incluyendo a Lutero, Calvino y Zwinglio, aceptaron la perpetua virginidad de María.


LA PRUEBA BÍBLICA DE LA ASUNCIÓN CORPORAL DE MARÍA A LOS CIELOS Y SU REALEZA EN EL CIELO


La Iglesia católica enseña que, después de que su curso de vida en la tierra, la Santísima Virgen María fue asunta en cuerpo y alma al cielo. Su cuerpo no permaneció en la tumba ni sufrió la corrupción de la carne, porque esto es un castigo por el pecado original, que ella no tenía. Puesto que ella estaba exenta de todo pecado original, y fue el Arca privilegiada, María fue llevada directamente al cielo en cuerpo y alma. Ese es el llamado dogma de la Asunción corporal de María.


Los no católicos dicen que no hay evidencia en la Biblia de la Asunción de María. Por el contrario, nos encontramos con una descripción de ello en Apocalipsis capítulo 12.


Apocalipsis 12, 1: Apareció en el cielo una señal grande, una mujer envuelta en el sol, con la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas”.


La mujer en Apocalipsis 12, 1 representa una serie de cosas. Los Padres de la Iglesia entienden que significa la Madre de Jesús; ellos también entienden que significa, en cierto nivel, la Iglesia. No hay duda de que significa María, porque el Hijo de esta mujer es el que gobierna todas las naciones con vara de hierro (Apocalipsis 12, 5). Ese es Jesús, por supuesto, y por lo tanto la madre tiene que ser la Virgen María. Por lo tanto, el Apocalipsis capítulo 12 nos da una clara imagen de María elevada al cielo y colocada como Reina del cielo.
La Biblia también nos da una idea de la Asunción de María en el Salmo 132, 8.


Salmo 132, 8: Levántate, Señor, y ven a tu morada, tú y el arca de tu majestad”.


Este interesante salmo habla del Señor y del Arca que se levantan o son llevados a un lugar de descanso permanente. Esta es una imagen de la Asunción, porque Jesús es el Señor y María es la nueva Arca, como hemos demostrado. Ambos fueron llevados al cielo en cuerpo y alma. Jesús ascendió por sí mismo; María ascendió por Jesús.


Si se dice que el Arca de la Antigua Alianza es llevada a un lugar de descanso, ¿cuánto más el Arca de la Alianza nueva y eterna? También vemos que se dice que el Arca ha sido santificada.


LA ASUNCIÓN DE MARÍA AL CIELO SE DESPRENDE LÓGICAMENTE DE SU PRESERVACIÓN DEL PECADO


La asunción corporal de María se desprende lógicamente de la preservación de todo pecado original y actual. La corrupción de la carne en la tumba es una consecuencia del pecado original (Génesis 3, 19). La mayoría de los protestantes están de acuerdo en este punto. Como el Arca de la Nueva Alianza, María no tuvo pecado original. Como resultado, ella estuvo libre de sus consecuencias. De esto se sigue que Dios no permitió que su cuerpo viera la corrupción.


Salmo 15, 10: “Pues no abandonarás mi alma en el sepulcro; ni permitirás que el cuerpo de tu santo vea la corrupción”.


Este salmo, que dice que Dios no permite que su santo experimente la corrupción, está citada en el Nuevo Testamento en Hechos capítulo 2. Se refiere a Jesús.


Hechos 2, 31: “Con visión anticipada habló de la resurrección de Cristo, que no sería abandonado en el hades ni vería su carne la corrupción”.


Del mismo modo, habiendo sido María preservada de todo pecado, ella no sufrió corrupción alguna de la carne en la tumba y fue asunta en cuerpo y alma al cielo.


EL ARCA ESTABA HECHA DE MADERA INCORRUPTIBLE


El Arca de la Antigua Alianza era de acacia de madera, una acacia incorruptible.


Éxodo 25, 10: “Harás un arca de madera de acacia…”.


La acacia de madera es extremadamente durable que la Septuaginta, la versión griega del Antiguo Testamento, en realidad traduce esta palabra como “incorruptible” o de madera “que no se descompone”. Si el Arca de la Antigua Alianza era incorruptible, cuánto más incorruptible debiera ser el Arca de la Nueva Alianza. Dios prescribió específicamente que la madera fuera de acacia para la construcción del arca, porque servía como una prefigura del cuerpo y el alma incorruptibles de la nueva Arca, la Santísima Virgen.


LA ASUNCIÓN CORPORAL DE MARÍA NO ESTÁ EN CONTRADICCIÓN CON LAS REALIDADES BÍBLICAS


Algunas personas consideran fantasioso que María pueda haber sido asunta en forma milagrosa en cuerpo y alma al cielo. Sin embargo, la Biblia nos dice que Elías fue llevado milagrosamente al cielo (2 Reyes 2, 1, 11). También leemos que Enoc fue llevado milagrosamente para caminar con Dios (Hebreos 11, 5; Génesis 5, 24). También en la Biblia se enseña claramente – y es un artículo de la fe cristiana antigua – que todos los hombres, sean bueno o malo, serán milagrosamente reunidos con sus cuerpos en el juicio final, la resurrección de los justos y de los réprobos (1 Cor. 15). Por lo tanto, no es de ninguna manera contrario a la realidad bíblica creer que María fue asunta al cielo porque ella era el Arca de Dios perfecta y sin pecado.


LA BIBLIA INDICA QUE MARÍA ES LA “REINA MADRE” EN EL REINO DE JESUS


Dios estableció un pacto con David para establecer un reino. La monarquía davídica, el reino de Dios en la tierra, estaba destinado a ser un prototipo del reino espiritual de Dios que establecería Jesucristo. Es por eso que Jesús es llamado en los Evangelios el hijo de David. Es por eso que el mismo Pedro dice en Hechos 2, 30 que Jesús está sentado en el trono de David. Lucas 1, 32 dice de Jesús lo siguiente:


“Él será grande y llamado Hijo del Altísimo, y le dará el Señor Dios el trono de David, su padre…”.


En la monarquía hebrea, la más poderosa, honrada e importante mujer en el reino era la madre del rey. Ella era conocida como “la reina madre”. En hebreo, ella era llamada “el Gebirah”. El Gebirah, la reina madre del reino, poseía un poder único de influencia con el Rey. Su influencia, poder y prestigio superaba al de la esposa del rey. Vemos claramente la influencia única y el poder de la “reina madre” en 1 Reyes 1 y 2 (3 Reyes 1 y 2 en la Biblia católica tradicional).


La madre del rey Salomón era Betsabé. El poder e influencia de Betsabé como la reina madre era tan grande que Adonías, le dijo a ella:


1 Reyes 2, 17: “Y él (Adonías) prosiguió: Te pido que digas a Salomón, porque él no te lo negará, que me dé por mujer a Abisag, la sunamita”.


Adonías comprendía la posición y el poder de la reina madre. Sin embargo, la petición de que Adonías hizo no era razonable. Adonías quería casarse con Abisag, que fue la última esposa del rey David. A tomarla como esposa, Adonias habría podido reclamar en trono de Salomón. Por esta razón el rey no podía haber concedido su petición.


A pesar que el pedido de Adonías no era razonable y que nunca habría sido concedido por el rey, esto nos muestra que se reconocía que la reina madre tenía un único y profundo poder de influencia en el Rey. Esta influencia era tan grande que Adonías dijo: “porque él no te lo negará”.


Los siguientes versículos arrojan más luz sobre esta verdad. En 1 Reyes 2, 19, leemos que Betsabé (la reina madre) fue a hablar al rey Salomón para pedirle el favor. Cuando ella entró, el rey se inclinó ante ella e hizo que se instalara para ella un trono a su lado.


LA BIBLIA NOS MUESTRA DE QUE LA REINA MADRE HABÍA UN TRONO Y HONOR ÚNICO


1 Reyes 2, 19-20: “Betsabé fue a hablar a Salomón a favor de Adonías, y el rey se levantó para salir a su encuentro, y después de postrarse ante ella, se sentó sobre su trono, poniendo otra para la madre del rey, que se sentó a su derecha. Ella le dijo entonces: Tengo una cosita que pedirte; no me la niegues. Y el rey le dijo: Pide, madre mía, que yo no te negaré nada”.


Como podemos ver, la Biblia enseña que la reina madre es honrada con un trono junto al rey. Ella no es igual al rey, por supuesto, pero ella era honrada con él como la reina del reino. Aquí podemos ver una descripción perfecta de la realeza de la Virgen María y de su influencia con el rey. Ella es la reina madre en el reino de Jesús. María es infinitamente inferior a su Divino Hijo. Sin embargo, ella es el Arca perfecta, la reina del cielo y de la tierra.


Es por eso que María tiene tal poder en el cielo con su divino Hijo – un poder e influencia que es mayor de lo que la reina madre del Antiguo Testamento sobre el rey. Es por eso que es tan eficaz pedir favores a ella, porque ella se los puede pedir de Jesús. Ella se coloca, en el reino de Jesús, al lado de él como la reina del cielo y la tierra.


En el Salmo 45, también vemos una referencia al trono de Dios y de la reina con él:


Salmo 45, 6 y 9: “Tu trono, oh Dios, es eterno y para siempre; cetro de justicia es el cetro de tu reino… y a tu diestra está la reina con oro de Ofir”.


¿ESTÁN CONDENADOS POR JESÚS EL AVEMARÍA Y LAS REPETICIONES DEL ROSARIO?


Algunos no católicos afirman que las oraciones católicas como el Avemaría y el Rosario están condenados por Jesús.


Mateo 6, 7-8: “Y orando no seáis habladores, como los gentiles, que piensan ser escuchados por su mucho hablar. No es asemejéis pues, a ellos, porque vuestro Padre conoce las cosas de que tenéis necesidad antes que se las pidáis”.


Al igual que otras objeciones que hemos tratado, esta objeción también se refuta por una consideración más profunda de la Biblia. Probablemente el mejor ejemplo para refutar la objeción protestante sobre este punto es Apocalipsis 4, 8.


Apocalipsis 4, 8: “Los cuatro vivientes tenían cada uno de ellos seis alas, y todos en torno y dentro estaban llenos de ojos, y no se daban reposo día y noche, diciendo: Santo, Santo, Santo es el Señor Dios todopoderoso, el que era, el que es y el que viene”.


Los ángeles en el cielo dicen una y otra vez, día y noche, “Santo, Santo, Santo”. Por tanto, es falsa la idea de que todas oraciones que contienen repeticiones son “paganas”. La objeción no puede estar más equivocada.


En Mateo 6, 7, Jesús no condena las oraciones que contienen palabras que se repiten, ni tampoco condena las múltiples repeticiones de una misma oración (por ejemplo, decir de corrido cinco veces el Padrenuestro o el Avemaría). No, Él está denunciando las prácticas de los paganos. Los paganos creían que podían agradar a sus falsos dioses por su elocuencia y elaborados discursos. Ellos pensaban que tenían que decir precisamente las cosas correctas y las palabras y nombres en ciertos días, para que sus falsos dioses los oyeran o recordaran sus necesidades. Jesús denuncia su paganismo. Él está enseñando que el verdadero Dios conoce todas las cosas.


Salmos 136, 1-26: “Alabad al Señor, porque es bueno, porque es eterna su misericordia. Alabad al Dios de los dioses, porque es eterna su piedad. Al único en hacer portentos, porque es eterna su piedad… [etc.]”.


Jesús repite la misma oración tres veces seguidas, cuando oró a su Padre en el Huerto de Getsemaní. Eso se lee en Mateo 26, 39, Mateo 26, 42, y en Mateo 26, 44. En Mateo 20, 29-33, Jesús responde a la oración con que los ciegos repetidamente le pedían misericordia.


Como podemos ver, la Biblia contiene muchos ejemplos donde se repiten las oraciones al Dios verdadero. Esas no son “vanas repeticiones” de los paganos. De hecho, las oraciones de la Iglesia católica a María en el Avemaría y el Rosario están previstas por la misma Virgen María en Lucas 1:


Oración del Avemaría: “Dios te salve, María, llena de gracia; el Señor es contigo. Bendita eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén”.


Lucas 1, 46-48: “Dijo María: Mi alma engrandece al Señor y exulta de júbilo mi espíritu en Dios, mi Salvador, porque ha mirado la humildad de su sierva; por eso todas las generaciones me llamarán bienaventurada”.


Es evidente que sólo la Iglesia católica es la que cumple esta profecía, porque se trata de todas las generaciones de la verdadera Iglesia.


EL ÚNICO E INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA RECIBE UNA ATENCIÓN ÚNICA EN LA ESCRITURA


La Iglesia católica honra y difunde la devoción al Corazón Inmaculado de María. Ella tuvo el corazón más puro que todo ser humano jamás haya existido. Al igual que el Arca de la Antigua Alianza, la devoción al Corazón Inmaculado de María es poderosa para con Dios. Algunos no católicos condenan esta devoción como no bíblica. Por el contrario, sólo el Corazón de María está específicamente mencionado en el Nuevo Testamento. El corazón de ninguna otra buena o santa persona recibe el tipo de atención que se da al corazón de María en el Evangelio. Su corazón es único entre los seres humanos porque nunca estuvo manchado por el pecado.
Lucas 2, 18-19: “Y cuantos los oían se maravillaban de lo que les decían los pastores. María guardaba todo esto y lo meditaba en su corazón”.


Lucas 2, 51: “Bajó con ellos, y vino a Nazaret, y les estaba sujeto, y su madre conservaba todo esto es su corazón”.


La singular alma de María también recibe una mención especial en la Escritura.


Lucas 2, 35: “Y una espada atravesará tu alma para que se descubran los pensamientos de muchos corazones”.


MARÍA ES LA MADRE DE DIOS


Es sorprendente que tantos no católicos tengan problemas con el título “María, madre de Dios”. Ellos admiten que María es la madre de Jesús, pero sostienen que ella no debe ser considerada “madre de Dios”. Los protestantes que sostienen que María no es la madre de Dios, no parecen darse cuenta que no es lógicamente consistente creer que Jesús es Dios y negar que María es la madre de Dios. En realidad esa posición niega la divinidad de Jesucristo, quien es una persona divina con dos naturalezas.


Hecho: Jesucristo es Dios. La Biblia lo enseña en muchos lugares (Juan 1, 1; Juan 20, 28; Juan 8, 58; Isaías 9, 6; etc.).


Hecho: María es la madre de Jesús. La Biblia lo enseña en muchos lugares (Lucas 1, 31; Mateo 1, 25, etc.).


Conclusión innegable: María es la madre de Dios.


Lucas 1, 31-32: “Y concebirás en tu seno y darás a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. Él será grande y llamado Hijo del Altísimo, y le dará el Señor Dios el trono de David, su padre”.


Isaías 7, 14: “El Señor mismo os dará por eso la señal: He aquí que la Virgen grávida da a luz, y le llama Emmanuel (Dios con nosotros)”.


La Biblia indica que María es la madre de Emmanuel, que significa “Dios con nosotros”.


Lucas 1, 43: “¿De dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí?”.


Isabel dice explícitamente que María es la madre del Señor, que es el único Señor Jesucristo, que es Dios.


Efesios 4, 5: “Sólo un Señor, una fe, un bautismo…”.


Juan 20, 28: “Respondió Tomás y dijo: ¡Señor mío y Dios mío!”.


Esto debería ser bastante simple. Por desgracia, no es suficiente para algunas personas. El error protestante sobre este punto debe ser abordado y refutado de manera más completa.


Los protestantes señalan que la naturaleza divina de Dios es eterna y sin principio, lo que es ciertamente verdadero. Puesto que la naturaleza de Dios es eterna y sin duda no proviene de María, ellos argumentan que no se puede decir que María es la “madre” de Dios. Este es el principal argumento de los protestantes sobre este punto. Es un argumento muy deficiente.


El error protestante sobre este punto es que le atribuyen a la persona del Hijo de Dios sólo lo que le pertenece a la naturaleza divina. No le atribuyen a la persona del Hijo de Dios lo que le pertenece o corresponde a su naturaleza humana.


Debido a que el Hijo de Dios se convirtió verdaderamente en hombre, al no atribuirle lo que le pertenece a su naturaleza humana, ellos en realidad niegan que Jesucristo es al mismo tiempo verdadero Dios y verdadero hombre.


El Hijo de Dios, Jesucristo, es una persona divina (la segunda persona de la Santísima Trinidad) con dos naturalezas. Él es verdadero Dios y verdadero hombre. Jesucristo no es un hombre que se unió con o fue inspirado por Dios. No, Él es verdadero Dios que verdaderamente se hizo hombre.


Juan 1, 14: “Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros…”.


Jesús no sólo fue un hombre especial que tenía una única inspiración y conexión con el Verbo de Dios (el Hijo de Dios). No, Él es el Verbo de Dios hecho carne. Por lo tanto, atribuir al Hijo de Dios sólo lo que pertenece específicamente a su naturaleza divina, y no también lo que se aplica a su asumida naturaleza humana – como hacen los protestantes cuando niegan que María es la madre de Dios – es dividir a Jesús en dos personas diferentes.


En el siglo quinto hubo un hereje llamado Nestorio. Él argumentaba como los protestantes de nuestros días sobre este asunto. Él sostenía que a María no se le debía llamar Theotokos (madre/portadora de Dios), sino sólo Christotokos (portadora de Cristo). La Iglesia reconoció de inmediato la herejía de Nestorio y la condenó en el año 431 en el Concilio de Éfeso. La visión falsa de Nestorio fue reconocida por la Iglesia a la herejía que la Biblia condena como la “disolución” de Jesús y el “anticristo”. Esta falsa idea “disuelve” a Cristo al separar de su única persona lo que pertenece a su naturaleza humana. Esto da como resultado la división de Jesús en dos personas, y la posición de que Jesús era sólo un hombre que llevaba (o estaba inspirado por) la persona de Dios, en lugar de ser una persona divina que se hizo verdaderamente hombre. Esta herejía resulta en la adoración de un hombre y en la adoración de dos hijos. La Iglesia identificó esto claramente y lo condenó.


Segundo Concilio de Constantinopla, 553: “El santo sínodo de Éfeso… ha pronunciado sentencia contra la herejía de Nestorio… y todos aquellos que más tarde adoptaren la misma opinión… Ellos expresaron estas falsedades contra los verdaderos dogmas de la Iglesia AL OFRECER EL CULTO A DOS HIJOS, tratando de dividir lo que no se puede dividir, E INTRODUCIENDO TANTO EN EL CIELO COMO EN LA TIERRA LA OFENSA DEL CULTO AL HOMBRE. Pero el sagrado coro de los espíritus celestiales adoran junto a nosotros al único Señor Jesucristo”.


Concilio de Éfeso, 431, canon 5: “Si alguno se atreve a decir que Cristo es hombre teóforo o portador de Dios y no, más bien, Dios verdadero, como hijo único y natural, según el Verbo se hizo carne y tuvo parte de modo semejante a nosotros en la carne y en la sangre (Hebreos 2, 14), sea anatema”.


Jesús no es dos personas diferentes. Él es UNA PERSONA DIVINA con dos naturalezas. Por lo tanto, lo que le sucede a su naturaleza humana realmente le sucede a su sola persona. Su persona fue concebida y nació en su humanidad de María. Ella, por lo tanto, es verdaderamente su madre, y la madre de Dios.


El significado que conlleva esta verdad es asombroso. Como la Iglesia siempre ha enseñado, el Hijo de Dios, eterno e igual al Padre, tuvo dos nacimientos. Él nació antes del tiempo, y desde toda la eternidad, de Dios Padre (Juan 16, 28; Juan 8, 42). Él nació en el tiempo, como hombre, de María, su madre. Sólo María posee esta conexión inescrutable con Dios, con una persona de la Santísima Trinidad. Es a partir de esta verdad, que ella es verdaderamente madre de Dios, de donde provienen todas sus otras prerrogativas y privilegios únicos.


CONCLUSIÓN ACERCA DE LA ENSEÑANZA BÍBLICA SOBRE MARÍA


Estas son las razones bíblicas de por qué la Iglesia siempre ha reconocido la importancia y la necesidad de la devoción a la Santísima Virgen María. Ella es la nueva Eva, el vaso purísimo, la puerta sellada, y la Madre de Dios. Negarse a tenerle devoción a Ella es equivalente a un hombre que en el Antiguo Testamento se negase a venerar el Arca de la Alianza o negarse a marchar detrás de ella en la batalla. Ese hombre caería preso de los enemigos de Dios y se separaría del campo del pueblo de Dios.


1 Samuel 4, 22: “Ha pasado de Israel la gloria, por haber sido capturada el arca de Dios”.

por Hno. Pedro Dimond