La Paz


La paz no se encuentra, se construye". Se construye paso a paso, día a día, cuando respetamos los derechos inviolables de cada hombre.

Nuestros muchachos adornan su alcoba de afiches de paz, pero dentro de su alma, en las familias, en la universidad y en la fábrica aún no existe una verdadera paz. Las naciones celebran tratados, realizan conferencias en la cumbre y hasta hacen guerra para lograr la paz; pero ésta no es fruto de palabras, ni de alianzas efímeras, ni de afiches multicolores, ni de la autoridad de los hombres, ni del imperio de los fusiles: es un regalo de Dios al hombre que decide convertirse en su corazón al bien y a la verdad.

¿Cómo se construye entonces la paz?
Se construye en nuestra relación con los demás, si vivimos en armonía dentro del hogar; si educamos a los hijos en el ejemplo, les brindamos amor y alegría, los motivamos a la justicia.

Se hace siempre que luchamos para que cuantos trabajan a nuestro lado vivan en una forma acorde con su dignidad de seres humanos.

Cuando valoramos sus esfuerzos y somos solidarios con ellos, en la creación de una sociedad más justa y fraterna.

Construímos la paz cuando comprendemos que hemos sido creados para vivir y trabajar en grupo, para formar comunidad.

Entonces cada uno de nosotros se convierte en arquitecto de la paz y nuestra mano tendida hacia el otro repite con Cristo:

"La paz sea contigo, la paz sea con nosotros".